La Facultad de Artes dio inicio al proceso de autoevaluación y acreditación de sus carreras. El primero en sumarse fue el Departamento de Danza, quien ya ha conformado la comisión que llevará adelante los mecanismos para conocer las fortalezas y debilidades de su quehacer, con el fin de generar un diagnóstico, proponer iniciativas para mejorar el desempeño y finalmente, acceder a la acreditación.
En la ceremonia realizada el martes 13 de abril en el Departamento de Teatro, el Vicerrector de Asuntos Académicos de la Universidad de Chile, Prof. Patricio Aceituno, expresó que lo importante de este proceso para la Universidad “es que no sea ocasional, es decir, que no sean esfuerzos puntuales cada cierto número de años, sino que un esfuerzo continuo de mirar cómo lo estamos haciendo para preguntarnos si eso que se está haciendo, es lo mejor que se puede hacer. Recordar que la Universidad de Chile defiende un principio básico: ser la mejor opción a nivel nacional. En este caso, si estamos en la Facultad de Artes, pensamos que en este lugar está lo mejor que el país puede lograr en el área. Y por lo tanto, tener esa capacidad de autocritica es necesaria para evaluar si efectivamente la forma en que estamos haciendo lo que hacemos nos conduce a esta meta, ser lo mejor a nivel nacional”.
“Queremos introducir una política de aseguramiento de calidad que pase por una instancia de autoevaluación, algunas de ellas terminarán en un procesos de acreditación si corresponde, y otras en una conclusión y una propuesta de cambio”, agregó la autoridad.
Autoevaluación constante para asegurar la calidad
La Decana de la Facultad de Artes, Prof. Clara Luz Cárdenas, expresó estar de acuerdo con el Prof, Aceituno ya que “la autoevaluación debe ser un proceso permanente en todas las actividades que se realicen a nivel de Facultad y Universidad, y creo que de alguna manera, esto ha comenzado desde que se iniciara el proceso de innovación curricular. La acreditación es un paso más. Felicito al Departamento de Danza porque ya tiene su comisión de acreditación y son los más avanzados en este proceso”. Se espera que prontamente la carrera de Licenciatura en Arte con mención en Diseño Teatral del Departamento de Teatro comience a trazar este mismo camino.
La Prof. Maite Lobos, Directora de la Escuela de Pregrado, explicó que corresponde a su área llevar a cabo los procesos de acreditación y que le produce satisfacción ver los primeros frutos del trabajo colectivo. “Me parece maravilloso que una cerrara tenga la entereza de hacer este proceso que es bien arriesgado, ya que la autocritica, la autoevaluación real, siempre es un riesgo. Lograr esa honestidad es un salto sideral en la administración académica. Situarse en un lugar de conciencia critica de nuestro trabajo es un gran paso”. Felicitó así al cuerpo académico y estudiantil, y a todos quienes componen el Departamento de Danza por iniciar este desafío.
La Directora del Departamento Danza, Prof. Verónica Canales, expuso que “para el Departamento de Danza esta es una oportunidad porque nos va a dar las herramientas para instalar una cultura de autoevaluación, de mirarnos, reconocer las fortalezas y reconocer las debilidades, para desde allí poder elaborar un plan de mejoramiento de la calidad de la actividad docente. Este proceso significa reconocernos a nosotros mismos y ante la comunidad artística y comunidad académica nacional. Queremos que la carrera tenga credibilidad, demostrar que el arte es importante y que es un aporte al desarrollo de nuestro país”.
Para el año 2014, Maite Lobos contó que se asignaron recursos especiales para la acreditación, algunos costos serán asumidos por Decanato y otros por la Escuela de Pregrado. “Hay un compromiso que es real y eso me parece clave”, señaló.
¿En qué consiste el proceso de autoevaluación y acreditación?
La autoevaluación es un proceso participativo de recolección y análisis crítico de información al interior de una unidad académica. Apunta a proporcionar bases confiables para la toma de decisiones, identificando fortalezas y debilidades con el fin de crear un plan de acción de mediano y largo plazo, para subsanar las deficiencias detectadas.
Es horizontal (no puede ser dirigido ni administrado cupularmente) y participan activamente en ella todos los actores que componen la carrera o se vinculan a ella: académicos, estudiantes, egresados y empleadores. Esto, a través de reuniones y asambleas, encuestas y conformando la comisión de autoevaluación de la carrera.
De esta manera se mide el perfil de egreso, el que incluye la estructura curricular, los resultados del proceso de formación y la vinculación con el medio; las condiciones de operación, dentro de lo que se incluye la estructura organizacional, administrativa y financiera, los recursos humanos, la efectividad del proceso de enseñanza y aprendizaje, la infraestructura y el apoyo técnico y recursos para la enseñanza. Finalmente se analiza la capacidad de autorregulación. Todo esto, basado en la misión institucional y los propósitos de la unidad académica.
Realizado esta fase, es posible dar paso al proceso de acreditación, acción voluntaria al que se someten las instituciones de educación superior autónomas, los programas de pregrado y postgrado, para contar con una certificación de calidad de sus procesos internos y sus resultados.
Los beneficios de contar con la acreditación son obtener la certificación pública de mecanismos de aseguramiento de la calidad y de resultados satisfactorios, mejorar la imagen de la institución o de la carrera en el medio interno y externo, y desarrollar una experiencia de evaluación colectiva y participativa con mirada crítica y constructiva.
María Cecilia Dooner, Coordinadora Unidad de Autoevaluación, Acreditación y Calidad de la U. de Chile, explicó en la oportunidad todo este proceso e indicó que esto para la Universidad de Chile no es nada nuevo ya que fue pionera en acreditar su carrera de Medicina en 2001. “Tenemos que darnos cuenta que la Universidad ha cambiado, los estudiantes, su entorno. Desde hace un tiempo nadie puede dar por sentada la calidad, aunque seamos la Universidad de Chile e incluso, porque somos la Universidad de Chile, no podemos. Tenemos que preocuparnos de intencionar acciones para asegurarla, porque además somos una universidad pública, cumplimos un rol social, tenemos que dar cuenta de lo que hacemos, tenemos una responsabilidad gigante con nuestros estudiantes”, concluyó.
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