En colaboración con Mónica Bate, Nicolás Fuentes, Felipe Fierro y Sebastián Valenzuela:

Mil voces protagonizarán nueva propuesta de Rainer Krause

Mil voces protagonizarán nueva propuesta de Rainer Krause

Hace tan sólo unos días que Rainer Krause regresó a Santiago. Entre el 10 y el 31 de mayo estuvo en la Región del Bio Bio, específicamente en la localidad de Coliumo, participando en el Programa de Residencias de CasaPoli. Fue esa institución cultural la que invitó al artista y académico del Departamento de Artes Visuales a desarrollar una propuesta relacionada con su entorno, optando por modificar “un proyecto que aún está en proceso para llevarlo a cabo en Coliumo. Y aunque se podría decir que es una especie de maqueta del original, finalmente se desarrolló como un proyecto independiente porque tiene algunas características especiales, como su vinculación a un lugar en específico”, señala Rainer Krause sobre la acción que hizo en el marco de esta residencia: grabar a decenas de personas pronunciando los números del 1 al 400.

En total, fueron 50 personas de Coliumo, Tomé y Concepción las que participaron en este proyecto titulado n, con quienes se reunió Rainer Krause para llevar a cabo ese ejercicio. En paralelo, y en la ciudad de Santiago, la también artista y profesora del Departamento de Artes Visuales, Mónica Bate, en conjunto con Nicolás Fuentes, Felipe Fierro y Sebastián Valenzuela, repetían esa acción con otras 50 personas para completar así las 100 grabaciones que conforman esta propuesta y que actualmente están siendo editadas y re-ordenadas en 400 pistas sonoras de 6 minutos cada una: la primera contendrá todos las pronunciaciones del número 1, la segunda las del número 2 y así sucesivamente hasta llegar al número 400. “Este trabajo terminará con la exhibición de una instalación sonora que emita las voces de esas 100 personas durante una semana entera, muestra que se realizará a principios del próximo año en un nuevo centro cultural de Tomé”, explica.

Así, a partir de esa experiencia, Rainer Krause pudo corroborar que la realización de esta propuesta era viable y también calcular el tiempo que necesitaría para desarrollar el proyecto original, que contempla la grabación de 1000 personas pronunciando los números del 1 al 400. “Normalmente, en términos de tiempo, pude darme cuenta de que era mucho más que pronunciar los 400 números”, cuenta Rainer Krause, quien trabajó en la Región del Bio Bio con personas que “pertenecían a grupos sociales que normalmente no tienen mucha relación con el arte”, dice. De allí que antes de empezar a grabar, tuviera que “hablar sobre el sentido que tiene todo esto y también comentarles sobre el marco en el que se realizaba. Del mismo modo, explicarles qué es arte y sobre todo qué es arte contemporáneo, porque para ellos arte es la fotografía en la casa o la pintura reproducida”, señala.

¿Cuáles eran las principales preguntas que iban surgiendo?

Normalmente eran “por qué”, “para qué”, y había que explicarles que hay arte que no trabaja con colores o con lápices. En este caso, el material eran las voces humanas, pero una vez que eso quedaba claro venía: “y por qué números”. Y entonces se hablaba sobre el rol del lenguaje en la voz humana. Por ejemplo, cuando uno cuenta su historia, es cierto que uno graba la voz de la persona que está contando, pero se centra en la historia propiamente tal. Sin embargo, cuando el material es abstracto, como los números que además se repiten en todos los entrevistados, las palabras mismas dejan de ser importantes y lo que cobra relevancia es cómo se pronuncia, cómo se manifiesta la voz humana. Entonces, en este caso, lo que se hace presente es el cuerpo de la persona, porque la voz es un producto del cuerpo. Y a través de la pronunciación se puede distinguir si se trata de un hombre o una mujer, si se es joven o viejo, si es alguien que tiene costumbre de pronunciar o si apenas habla con su familia, si es alguien que recién está formando su voz, como los jóvenes, o si es alguien que ya tiene una historia. Todo eso se escucha a través de los números.

¿Se deduce?

Se percibe. Los seres humanos somos muy sensibles a cambios en los tonos de la voz, a los elementos para y extralingüísticos. Por ejemplo, en lo extralingüístico está la edad o el sexo, y en lo paralingüístico, el tipo de emoción que hay. Esas cosas se perciben bastante bien y se perciben aún mejor cuando se compara el mismo número pronunciado por diferentes personas, que es lo que se podrá apreciar cuando se exponga el resultado de este trabajo.

A principios del próximo año.

Sí, lo que es bastante bueno porque antes de iniciar este trabajo no sabíamos cuánto duraría, y resultó ser mucho más lento de lo que pensamos en el principio. Y aunque el trabajo de edición es mecánico, igualmente exige tomar ciertas decisiones, como la duración de las pausas entre los números o nivelar los volúmenes de las voces.

¿Cómo continuará desarrollándose n?

n tiene diferentes formatos. La idea es postular a fondos para concretar el proyecto original: grabar a 1000 personas contando desde el número 1 al 400. Y queremos involucrar también a 10 países latinoamericanos a través de creadores sonoros y/o artistas mediales que puedan coordinar el proyecto en sus países y generar contacto con posibles instituciones interesadas en exponer el resultado de este trabajo.

¿Por qué n?

n es una variable y, por lo tanto, puede cambiar de acuerdo al espacio expositivo. Entonces, la exposición de cada país o lugar llevará por nombre el número que sea contado. En Tomé, por ejemplo, será 400, mientras que en otra ciudad podría ser 220 u 80, pero nunca más que 400. Y eso responde al hecho de que, si grabamos a 1000 personas pronunciando los números del 1 al 400, la banda sonora de la pronunciación de los números 1, por ejemplo, ya no durará 6 minutos sino que una hora, y eso obviamente extenderá el periodo de exhibición. Junto a ello, también hemos pensado en incorporar una página web que reúna documentación visual de todo el proceso y también la edición de un cd.

Profesor, ¿y qué es lo que más destaca del proceso en general?

Por un lado, tener la experiencia de acercarse a personas que en realidad no tienen mucha relación con ese tipo de trabajos así como la posibilidad de calcular de modo bastante más preciso el tiempo que requiere la propuesta. Y por otro lado, la residencia propiamente tal, que no fue sólo realizar un proyecto propio sino también relacionarse con la escena cultural que hay en Concepción. Por lo mismo es que desarrollé dos actividades en la Universidad de Concepción, una respecto a arte sonoro y otra sobre mi serie de trabajos con archivos. En la Corporación Cultural Artistas del Acero, en tanto, me referí a cómo fue, en mi caso, el desplazamiento desde el arte tradicional hacia los sonidos, considerando los criterios conceptuales y materiales que influyeron en eso. También hice una especie de performance en la inauguración de un centro cultural gestionado por estudiantes y egresados de la Universidad de Concepción, donde presenté el trabajo [download parcialmente ilegal] que forma parte  de la serie 1 Terabyte y que aborda la relación entre sonido y archivo en la era de internet.

El resultado del trabajo desarrollado por Rainer Krause en la Región del Bio Bio se exhibirá a principios del próximo año en un nuevo centro cultural que se inaugurará en Tomé y que reunirá las distintas propuestas que se realicen en el marco del programa de residencias 2014 de CasaPoli.

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