El Senado Universitario, único organismo de gobierno universitario triestamental del país, iniciará en julio su noveno año de funcionamiento con integrantes recién electos, en su mayoría nuevos rostros. Tres de ellos son parte de la comunidad de la Facultad de Artes: Ariel Grez, estudiante de Licenciatura en Arte con mención en Teoría de la Música (electo con 1310 votos), quien representará al estamento estudiantil, la prof. María Elena Muñoz, del Departamento de Teoría de las Artes (electa con 47 votos) quien integrará la nómina de los académicos locales y el prof. Pablo Oyarzún del mismo departamento, (electo con 323 votos), quien será parte de los académicos transversales.
“Valoro pertenecer a una institución donde los distintos estamentos tienen representación y donde es posible pronunciarse sobre las cuestiones que a todos nos preocupan y ejercer así una práctica crecientemente democrática. Esto, hasta ahora, sólo es posible en la Universidad de Chile. Espero poder promover desde el Senado iniciativas destinadas a fortalecer nuestros vínculos con el resto de la Universidad favoreciendo redes inter y transdisciplinares. Chile es uno de los pocos países donde la enseñanza artística es impartida por la universidad y no en instituciones independientes. Creo que tenemos que valorar nuestra particular condición y pensarla como una ganancia para fomentar redes si es que queremos que nuestro quehacer sea reconocido como un aporte para la sociedad. Pienso que va de la mano con pedir una revisión de los criterios para asignación de presupuesto para el funcionamiento eficiente y productivo de nuestra Facultad”, expresó la profesora María Elena Muñoz.
Para Ariel Grez, el foco de su participación en el Senado estará, “en primer lugar, la construcción comunitaria. Creo que la estructura que tiene la Universidad castra gravemente la capacidad que tiene una comunidad de definir su destino y que hace perder todo el ímpetu de una comunidad interdisciplinaria y multiestamental como es nuestra Universidad. Es increíble cuánto puede uno puede aprender de sus pares en el trabajo mismo, Ahora, hay varias condiciones que hay que cambiar para viabilizar esta construcción: erradicar las diferencias entre las facultades y estamentos, cambios a la estructura misma, y a la cultura de participación. Trabajaré activamente para llevar el Senado y las discusiones que se den en él a todos los rincones de esta Universidad, para llevar a la mesa las ideas y propuestas de mis compañeros y las prioridades que determinemos también de manera colectiva”.
Un ejemplo de gobierno universitario triestamental
Además del Rector que lo preside, el Senado está integrado por 36 miembros, de los cuales 27 son académicos -que en su mayoría finalizan su segundo período de cuatro años-, 7 estudiantes y 2 funcionarios. Los tres estamentos son elegidos por primera mayoría simple.
Dentro de las tareas encomendadas al Senado Universitario está establecer las políticas y estrategias de desarrollo institucional, así como los objetivos y metas que conduzcan a su cumplimiento. También deberán crear y aprobar reglamentos, ratificar el Presupuesto Universitario, entre otras tareas que se detallan en el Estatuto.
Inmerso en ese trabajo, los puntos claves a considerar para el prof. Pablo Oyarzún son el “fortalecimiento del Senado y del Consejo de Evaluación, participación triestamental bajo el principio de ciudadanía universitaria, reestructuración del presupuesto universitario, propuesta de políticas y estrategias de desarrollo académico (docencia, investigación, creación, extensión) con sentido público y participación del Senado en la proposición de una nueva fórmula de financiamiento de la educación superior que termine con el subsidio a la demanda, que tenga su eje en la calidad y provea de los recursos suficientes para el sustento y desarrollo de las instituciones estatales. Me parece que las ideas que acabo de señalar, junto a otras que se discutan y promuevan en el Senado, son tan necesarias como beneficiosas para la Universidad y sus distintas áreas y unidades”.
Los nuevos representantes académicos y funcionarios permanecerán cuatro años en sus cargos, mientras que los estudiantes ejercerán dos años su labor senatorial. Como estipula el reglamento interno del Senado, sus integrantes se desempeñan ad honorem y destinan aproximadamente 12 horas a la semana en las tareas relacionadas con la función y organizan su trabajo en comisiones permanentes y transitorias y en sesiones plenarias.