Valdivia, Toronto y Toulouse son algunas de las ciudades en las que se ha exhibido ILWEN La tierra tiene olor a padre, película que Francisco Huichaqueo define como una historia de amor de un hijo hacia su padre y que este lunes 7 de julio, a las 19:30 horas, exhibirá por primera vez en Santiago, en Cine Radicales. “Yo estaba buscando una sala para estrenar esa película en Santiago, un espacio que fuera más íntimo. En eso estaba cuando me encontré con Cine Radicales, una sala estilo micro cine que además tiene una curatoría vinculada al cine arte y al cine documental alternativo, por lo que me pareció ideal para el estreno en Santiago de esta película”, recuerda Francisco Huichaqueo.
Sin embargo, tras reunirse con los encargados de este espacio, éstos no sólo aceptaron estrenar esa producción audiovisual en su sala sino que además lo invitaron a programar un ciclo destinado a la exhibición de sus películas que titularon Lo clandestino del paisaje. El cine de Francisco Huichaqueo, el que se desarrollará todos los lunes de julio y que incluirá animación y videoarte.
“Ellos hicieron la selección, optando por mostrar producciones de distintos periodos. De hecho, les interesaba el contraste entre un trabajo y otro así como la experimentación que en mis películas se puede apreciar respecto de los soportes cinematográficos, por ejemplo. Entonces, quieren que este ciclo muestre lo diverso que han sido mis puntos de vista”, explica Francisco Huichaqueo. Y agrega: “Es decir, las películas de animación no son todas iguales, del mismo modo en que las películas de formato cinematográfico tampoco lo son. Hay propuestas más experimentales que otras, algunas más cercanas al documental y otras al videoarte, unas muy políticas y otras no”.
Así, con el estreno de ILWEN La tierra tiene olor a padre se dará inicio a ese ciclo que también contempla conversatorios con este artista y profesor del Departamento de Artes Visuales. “Pocas veces he hablado de mis procesos de obra, por lo que esta invitación me pareció doblemente atractiva. Es decir, dialogar con otros hace que uno vea cosas que antes pasaban desapercibidas, además de permitir que otros conozcan tu manera de trabajar”, agrega al respecto.
Francisco, ¿habías tenido la posibilidad de tomar distancia y ver lo que has hecho en estos años?
No, sólo ahora lo voy a hacer. La verdad es que hago mis trabajos, los muestro e inmediatamente comienzo con otros. Tengo esa necesidad de hacer y no encariñarme con el trabajo anterior para seguir con cosas nuevas, aunque obviamente me he dado cuenta de que he ido explorando distintos caminos en todos estos años.
¿Cuáles?
He ido explorando el camino de nuevas narrativas y también he encontrado el camino del paisaje interior, dos cosas distintas que van de la mano. Se trata de hablar de cine técnicamente, pero desarmando sus formatos, mezclándolos y faltándoles el respeto también. Ése es un proceso de búsqueda y de experimentación de soportes que va de la mano con el proceso de búsqueda de lo que quiero mostrar: las distintas cadencias, temperaturas o asperezas de mi opinión personal, mi opinión a través de esta cinematografía experimental, videoarte o cine pintura, como les quieras llamar. En el camino, uno también va descubriendo dónde le aprieta el zapato, qué estás haciendo como individuo y cómo respondes como artista ante lo que estás viendo. Y el paisaje social actual tiene mucho que ver con sucesos políticos y con cambios sociales, a lo que se suma mi procedencia, que un paisaje riquísimo de explorar.
De hecho, comienzas el ciclo con una película que has definido como una historia de amor de un hijo hacia su padre.
Es una historia de amor mía hacia mi padre, la última película que he hecho. Ya son quince años en esto. Recuerdo que fue en el año 2000 cuando hice la primera obra de animación, la primera vez que hice una película, y ahí me dije que haría películas por mucho tiempo más.
¿Por qué tomaste esa decisión?
Vengo de la pintura y lo que quería era expandir la pintura, expandirla al movimiento. Tal vez sea una necesidad muy básica, pero es muy profunda también. Era la frustración de los impresionistas y la que también yo tenía como estudiante de arte, como recién licenciado, y que creo que todavía sigo teniendo. Son varias batallas las que uno da: está lo técnico, tus apreciaciones estéticas y también tu ser político y social. Son varias las cosas que uno va descubriendo y masticando en el camino.
¿Y qué de todo eso muestras tú en este ciclo?
Muestro prácticamente todo porque fue escogido prácticamente todo, también. Además, están los conversatorios, una idea bien interesante que, como te dije, sirve como mediación entre el espectador y el realizador. Es que los procesos no están escritos en un guión calculado, al menos en mi caso. Yo, por ejemplo, casi nunca hago un guión y si lo tengo lo desarmo o lo escribo después o después cuento cómo supuestamente fue. Y eso es interesante que lo sepa la gente.
¿Una metodología de trabajo que se ha mantenido?
Totalmente. He sido muy tenaz en mantener esas metodologías de instinto. El instinto es clave en mi trabajo, porque cuando no me dejo guiar por eso las películas resultan truncadas, torpes, ásperas. No viven en sí mismas.
ILWEN La tierra tiene olor a padre se estrenará este lunes 7 de julio, a las 19:30, en Cine Radicales. “Ésa será la única exhibición que exigirá invitación para asistir”, explica Francisco Huichaqueo sobre el ciclo Lo clandestino del paisaje. El cine de Francisco Huichaqueo que se desarrollará todos los lunes de julio, a partir de las 19:30 horas, en ese espacio ubicado en Monjitas 580, esquina Miraflores, Santiago. La entrada tendrá un valor de $1500 (mil quinientos pesos)
Programación:
- 7 de julio / Estreno
ILWEN La tierra tiene olor a padre - 14 de julio / Cine ensayo y video arte
Kalül Trawün / Reunión del Cuerpo
Che Úñüm / Gente pájaro
Entrer Dans Le Rêve / ir por el sueño - 21 de julio / Cine ensayo y video arte
Mencer
Atilef, la caída del sol
Retorno - 28 de julio / Cine ensayo y animación
El jardín del mundo
Cadenza
Vogos Neopren
Lo clandestino del paisaje
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