Generar un espacio para la presentación, discusión y divulgación de proyectos de creación artística desarrollados en los últimos años por creadores de la Universidad de Chile en espacios culturales internos y externos a la Universidad de manera gratuita, es lo que se busca con el Foro de las Artes 2015, organizado por esta Casa de Estudios.
Fue así como cinco profesores del DAV se sumaron a estas actividades a través de la puesta en montaje de diversas exposiciones que se presentarán en distintos lugares de la Casa Central de la Universidad de Chile desde el 5 al 9 de octubre.
En el Patio Domeyko
14 de junio de 1977 del colectivo formado por los académicos de la Facultad de Artes, Verónica Troncoso y Mauricio Barría; los egresados de Licenciatura en Artes mención Artes Plásticas del Departamento de Artes Visuales, Waldo Estuardo, Jennifer Frías y Sergio Michel y los estudiante de la misma licenciatura Pablo Sánchez, y Matías Serrano, será remontada en el Patio Ignacio Domeyko de la Casa Central.
Esta exposición -que con anterioridad había sido exhibida en la Sala Galería de la Memoria en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos- surge a partir de una investigación sobre la primera huelga de hambre de los familiares de detenidos desaparecidos en la CEPAL en 1977.
“Esta posibilidad de re-montar la obra nos permite no solo llegar a otro público, sino también poder re-pensar la obra para un nuevo espacio de escucha y experiencia”, dijo Verónica Troncoso al referirse a la instalación sonora que construye un lenguaje desde las artes para hablar y dar a conocer desde una experiencia auditiva, subjetiva y sensorial, los hechos ocurridos durante la primera huelga de hambre de familiares de detenidos desaparecidos, CEPAL 1977.
La obra fue producida a partir del archivo depositado en el Centro de Documentación del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos y de entrevistas realizadas en el presente a personas que participaron en la huelga. A partir de los materiales producidos y de los documentos cotejados, se crearon y articularon en el espacio expositivo diferentes voces de distintas cadencias sonoras, ritmos, volúmenes y frecuencias, para poner en diálogo desde lo fantasmal de la ausencia del cuerpo, esta historia sobre la resistencia del cuerpo ante la dictadura.
“El encuentro con el espacio sonoro de la Casa Central ha sido una interesante experiencia de montaje. Las voces y sonidos pertenecientes a la obra inicial resuenan ahora en un espacio académico ubicado en el centro de Santiago, permitiéndonos llevar estas historias que habían estado guardadas en el archivo, a un nuevo público que se verá enfrentado a un pasado que no para de emerger”, sentenció la artista.
María Jesús Román participará del Foro de las Artes con la exposición Estética de la Superficie, que reflexiona en torno al nexo que existe entre visualidad y texto, en base a la carta de agradecimiento que le hiciera llegar Gabriela Mistral, ganadora del Nobel, a la pintora Inés Puyó en 1948.
La instalación, que también será presentada en el Patio Ignacio Domeyko, consta de dos partes, donde en cada una de ellas es muy difícil decodificar su sentido, apelando a que en todo tipo de traducción o de representación siempre hay una pérdida de contenido. “En un lienzo transparente de PVC recreo la carta escrita de la Mistral en sistema Braille. Luego, tomo la frase extraída de la carta El vaho en que esas flores para hacer mención al contenido que motiva la carta. Esta frase la construyo letra por letra a través de estructuras metálicas circulares en las cuales formo las letras en lentejuelas transparentes y grises”, explicó al artista.
En el Patio Andrés Bello
Arturo Cariceo exhibirá La Obra Invisible. Un proyecto de experimentación artística que parte del ámbito disciplinar pictórico pero que en su quehacer hace uso de medios de la tradición artística y la experimentación deudora de las vanguardias, incorporando la cultura de los medios masivos de comunicación.
“El proyecto lo inicié en 1987 al darme cuenta que las prácticas de la instalación y performance eran los cajones de sastre del arte actual, no sólo de lo experimental sino también de lo tradicional, y decidí explorar el grado cero de ambas, lo que he ido realizando desde entonces en calidad de estudiante, egresado y, actualmente, académico”, dijo el académico del DAV.
La Obra Invisible es un ejercicio de invisibilización de la obra artística, lo que se consigue trabajando con la respuesta emocional del espectador, despertando sus prejuicios ante aquello que Cariceo presenta, pero que no ve o no quiere ver. “Para la correcta invisibilización de una obra, redacté un manifiesto (lanzado en 1993 en el Campus Juan Gómez Millas) que propone los nueve pasos a seguir para hacer desaparecer completamente una pieza de arte. Dependiendo de cuántos de esos nueve requerimientos se cumplan en cada propuesta artística, la obra final será de un mayor o menor grado de invisibilidad”, reconoció el artista.
Los nueve pasos para que una obra sea invisible son: ser fome; no debe convertir; no debe convencer; no satisface deseos ni demandas de la oficialidad; no satisface deseos ni demandas de la oposición; no satisface deseos ni demandas de la disidencia; ojalá los puntos 4 al 6, a la vez; no pretende ser original y por último tampoco pretende ser irreductible a valor de uso y cambio.
El término Obra Invisible alude no sólo a las prácticas artísticas históricas vinculadas a la desobjetualización e inmaterialización de la obra de arte, es también un juego de palabras que el artista tomó de la filosofía económica, de la actualización del mito de la “Mano Invisible” por Milton Friedman, donde reemplazó la palabra “mano” por la de “obra” para ironizar sobre la realidad que contextualiza al Chile actual. “También en el término invisibilidad he asociado la referencia neoliberal con las violaciones de los derechos humanos, la reinvención del concepto de Estado”, acotó Cariceo.
Fotografía y Escultura
Cadencia Rota es la intervención fotográfica a cargo del artista visual, académico y Subdirector del DAV, Daniel Cruz. Esta serie de fotografías que intervendrán el Patio Andrés Bello de la Casa Central es el registro de zonas fragmentarias de las obras pictóricas que retratan a los rectores de la Universidad de Chile, ubicadas en el interior del Salón Domeyko, construyendo una serie visual que se desplaza a un lugar de tránsito habitual, interviniendo el patio Bello para generar una serie de conversaciones y tensiones.
“La captura de gestos como centro de interés, provee un recurso que tensiona la historicidad de la tradición emplazada en la producción pictórica como un acto de reconocimiento y homenaje. A su vez permite construir una serie tipológica que anula la definición de origen, la identidad del retratado, por medio de la fragmentación. Configurando un territorio visual, que se dispone en uno de los patios centrales de la Casa de Bello, generando un diálogo específico con la placa conmemorativa de los nombres de los rectores de la Universidad de Chile. Esta placa sugiere distintos hechos que hacen eco en la historia de Chile, evidenciando la pérdida de autonomía de la Chile a través de otro gesto, la omisión”, explicó Daniel Cruz.
Los retratos de los rectores han sido producidos por distintos autores en distintas épocas. Cada obra contiene un ejercicio visual que provoca preguntarse sobre la dimensión del lenguaje plástico empleado, como también la escala representacional que define a las autoridades de la Universidad de Chile. Las distancias entre el hecho de la interpretación pictórica como también la pose implicada, proponen un campo de diferenciación; una especie de inflexión visual que representa a la autoridad quien es retratado una vez cumplido su periodo.
El profesor Luis Montes Rojas también participará de esta semana dedicada a la cultura y las artes con Del deber, la virtud y la derrota, intervención que se llevará a cabo en el Patio Andrés Bello donde se encuentran dos esculturas: el Andrés Bello de Nicanor Plaza, y el Horacio, de Rebeca Matte.
“Entre estas obras existe un vínculo intangible cuya indagación permitirá dar visibilidad a los discursos que se encuentran materializados en estos objetos escultóricos, y con ellos componer nuevas relaciones significantes a la luz de la historia y del contexto que hoy nos acoge”, señaló el profesor.
Montes Rojas toma antecedentes históricos para la realización de su obra, como el contexto en el que Rebeca Matte realiza el Horacio a partir de la obra teatral que escribiese Corneille en 1640, describiendo en el mármol la escena donde el patricio romano sentencia a sus hijos a morir en la guerra antes de dejar de cumplir con el deber, donde el honor es deudor del amor a la patria y al estado. La firme pose, la tensión de los músculos y la determinación del dedo señalando un lugar –el aquí y el ahora- revelan la rotundidad de la decisión que se funda en la razón.
“Sabemos además que Matte es bisnieta de Andrés Bello, y en palabras de Isabel Cruz, el bisabuelo parece resucitar en esta figura sentada, refiriéndose a la obra de la escultora. La investigadora establece una vinculación entre el Horacio y la vida personal de la autora, haciendo referencia a los grandes personajes que han determinado su vida. Así, el Horacio y la figura de Bello quedan inscritos en una genealogía, donde ambas esculturas representan una sola idea fundante: el deber se encuentra determinado por la razón, y esa razón se halla en el bien común, vale decir, en el servicio al Estado”, aseguró el escultor.
Luis Montes Rojas a través de su intervención hace una invitación para, desde la escultura, realizar una reflexión dirigida hacia la propia universidad. ¿Cuál es hoy el papel que debe cumplir esta institución fundante de una idea de nación? ¿Cuál es el valor que el estado, en tanto origen y destino de la Universidad, le otorga hoy a ésta?
Todas las exposiciones se desarrollarán desde el lunes 5 al viernes 9 de octubre a partir de las 10:00 hrs y hasta las 20:00 hrs. La entrada es liberada para todas las exhibiciones.