Junto a otras dos obras estrenadas en los '90:

"Patrimonio coreográfico" trae a escena obra de Paulina Mellado

"Patrimonio coreográfico" trae a escena obra de Paulina Mellado

Sótano (1993), de Luis Eduardo Araneda, Los Ruegos (1997), de la Compañía Movimiento, y El Cuerpo que Mancha (1992), de Paulina Mellado, son las obras que durante noviembre y diciembre se remontarán en el marco del programa Patrimonio coreográfico del Área de Danza del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA). La iniciativa, que busca poner en valor la creación nacional, permitirá volver a vivenciar obras emblemáticas de la historia de la danza que, además, han contribuido en el desarrollo de lenguajes, imaginarios y discursos escénicos.

Para Paulina Mellado, académica del Departamento de Danza y directora de El cuerpo que mancha, ésta es “una política interesante porque de alguna manera genera una plataforma que busca darle sustento histórico a la danza”. Opinión similar a la de Verónica Canales, también académica de esa unidad y parte del elenco original de esa obra, quien destaca, además, el que "las nuevas generaciones puedan conocer la historia de la danza en Chile y valorar el pasado que ha forjado el presente de la danza nacional".

Así, Patrimonio coreográfico “contribuirá principalmente al rescate de la memoria del patrimonio de la danza a través de obras que han sido emblemáticas y han marcado la escena de la danza”, señala Verónica Canales sobre la iniciativa que convocó propuestas realizadas en los ’90. “No somos los únicos ni los primeros en ser parte de la historia de la danza, pero somos algunos de los que estuvimos en un momento crucial, que fue el fin de la dictadura y el paso a la democracia”, agrega Paulina Mellado.

23 años después

Con tres de las cinco bailarinas del elenco original, el próximo 6 de noviembre, a las 20:00 horas, se presentará El cuerpo que mancha en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), el primer trabajo grupal dirigido por Paulina Mellado y que tomó su nombre de un texto de Ronald Kay escrito a raíz de una obra del artista visual Eugenio Dittborn.

“El texto dice que el cuerpo habla antes que la palabra por medio de sus fluidos, que son la sangre, la transpiración, entre otros”, explica Paulina Mellado, quien, a partir de esa lectura, comprendió que en la danza lo que comparece son los cuerpos. “Más adelante entendí también que esos cuerpos son sujetos, y ahí comenzó otro modo de hacer las propuestas coreográficas que, hasta ese momento, para nosotros surgían desde lugares como lo narrativo o desde el disciplinamiento de la técnica”, explica.

En ese contexto es que las cinco bailarinas dan cuenta de una interioridad que va más allá del mismo cuerpo, a través de “fraseos corporales que, aunque eran muy especiales para la época, eran parte del lenguaje de la danza moderna”, cuenta Paulina Mellado. Y agrega que así fue como aprendieron “a bailar de un modo diferente, tratando de entender las dinámicas de cada elección del movimiento, sus ruidos, sus tiempos. Queríamos hacer del movimiento un presente”.

Para Verónica Canales, remontar El cuerpo que mancha ha sido conmovedor. “Poner la memoria como eje que te sitúa en el pasado y rememora las preguntas que nos hicimos en ese momento y el cómo éstas se traducían en la obra”, dice la académica del Departamento de Danza, añadiendo que “era otro lenguaje corporal, que respondía al contexto en el que nos desarrollábamos como artistas y ciudadanas. Crear  sólo por el deseo y placer de bailar, sin subvenciones ni compromisos institucionales”.

De allí que remontar esta obra 23 años después de haber sido estrenada implique volver a mirarse y a reflexionar sobre el paso de tiempo. “Impacta reconocer que habito un cuerpo distinto, otro cuerpo material, con movilidad más limitada, pero que, sin embargo, resuelve los desafíos que nos presenta la obra desde el lugar de la experiencia”, explica Verónica Canales, quien, acompañada por Carolina Cifras, Macarena Pastor, Marcela Retamales y la propia Paulina Mellado, remontará El cuerpo que mancha en el Centro Cultural Gabriela Mistral, GAM.

Una apuesta que dura hasta hoy

El cuerpo que mancha despertó en Paulina Mellado la necesidad de interrogarse continuamente en torno al lenguaje. “¿Qué queremos hacer? fue una pregunta radical, ya que los movimientos y los gestos son parte de una cualidad del movimiento particular”, comenta la bailarina y coreógrafa, añadiendo que lo que buscaban era que “lo de adentro saliera hacia fuera del cuerpo y se hiciera visible en los esfuerzos, en las dinámicas y en las cualidades”.

La experiencia repercutió en los trabajos que vinieron después, donde comenzó a ser mucho más interesante potenciar y entrar en las dinámicas de los intérpretes, “que en la copia de mis propias posibilidades técnicas y que ésas fueran reproducidas por otros”, explica la académica. Y ese otro modo de trabajar “es una apuesta que dura hasta hoy, siempre en el plano de la experimentación con sentido. Digamos que nos importa mucho el resultado de los procesos”, afirma.

En ese contexto es que la académica del Departamento de Danza agradece la posibilidad que el programa Patrimonio coreográfico les ha dado para volver sobre esos trabajos, pues es “mirarse, reconocerse y saber que uno fue y es parte de algo, es sentir el anclaje”, dice Paulina Mellado. Y concluye: “A la danza le queda mucho por trabajar en sí misma y este tipo de acontecimientos despliega una posibilidad en cuanto a su propia madurez”.

Programa Patrimonio coreográfico

  • El cuerpo que mancha
    Funciones desde el 6 al 15 de noviembre de 2015.
    Jueves a sábado a las 20:00 horas y domingo a las 19:00 horas
    GAM
  • Sótano 
    Funciones desde el 10 al 20 de diciembre de 2015
    Jueves a sábado a las 21:00 horas y domingo a las 20:00 horas
    GAM
  • Los ruegos
    Función, viernes 13 de noviembre, a las 20:00 horas
    Teatro Regional del Maule
    *Entrada Liberada*
  • Conversatorio Retrospectiva del Cuerpo Sensible
    Miércoles 16 de diciembre a las 19:00 horas.
    Sala de Conferencia 1
    GAM

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