“Elegí Cuatrojosos porque es un texto que tiene muchas posibilidades de experimentación. Es una obra con un relato dinámico, entretenido y sus personajes son muy expresivos, al proponer un juego constante. Además sólo se ha montado una vez y está escrita por Pedro Jiménez, egresado de nuestra escuela”, cuenta Muriel Miranda, actriz invitada a dirigir a los estudiantes de segundo año de Actuación Teatral en su primer Taller Integrado. Miranda, quien es fundadora de la Compañía Maleza que ha sido pionera en mezclar teatro y animación Stop-Motion en Chile, ha estado acompañada en el proceso por Ana Campusano, académica que ha liderado el trabajo de los estudiantes de Diseño Teatral.
El elenco está formado por Joaquín Batarce, Rocío Canales, Cristofer Caro, Javiera Cerda, Yasmin Cid, Florencia Cuadros, Jonathan Cuevas, Kathrin Fitzek, Camila Herrera, Camila Lagos, Nicolás Leiva, Aldo Marambio, Luciano Mazzo, Karla Meriño, Angie Müller, Diego Peralta, Laura Pfenninngs, Consuelo Pinilla, Esteban Pizarro, Raúl Riquelme, Josefa Schultz, Carla Tapia, Linda Urbano, Juan Gabriel Valdés, Millaray Villanueva y Nadia Tapia. Mientras que el diseño está a cargo de Isidora Barraza, Amanda Basáez, Javiera Billeke, Amanda Cornejo, Francisca Pizarro, Javiera Silva, María José Valenzuela y Natalia Carrasco.
Cuatrojosos es una historia narrada por dos hermanos que nacieron pegados de la cintura: Joe y Bob o Joa y Boa. Por lo tanto, siempre se habla desde dos miradas, dos hermanos –o dos hermanas- que se sienten uno. Son lo femenino y masculino de lo mismo. Luego de haber quedado huérfanos tras la muerte de sus padres, los hermanos han sido donados a la ciencia por sus abuelos. Se trata de una obra sobre el abuso y el descuido, de seres marginados y confinados que inventan un mundo propio, un mundo que está más cerca de las películas que de la realidad.
“La obra es interesante por la posibilidades que ofrece: se generan muchos cuadros y escenas con diferentes imágenes. Hay harta ficción y posibilidades de jugar con materialidades porque hay partes lógicas e ilógicas. Las primeras narran y las segundas muestran el pensamiento de los personajes y lo que pasa por sus cabezas”, cuenta Muriel Miranda.
Por esto mismo, el tratamiento visual de la obra, y su trabajo escénico, está supeditado a estos planos racionales e irracionales que se proponen en el texto, combinando distintas técnicas: stop-motion, cut-out, pixilación, sombras, video, entre otras. Así, se propone un amplio margen de formas y miradas del relato y sus personajes.
“Ha habido muchas propuestas de interpretaciones de los estudiantes, investigando el material escénico en cuanto a texto e imagen. Justamente, este texto ha sido muy poco explorado y quien lo tome y lo trabaje siempre le va a dar diferentes enfoques”, cuenta la directora, sobre el trabajo que han llevado a cabo ambas licenciaturas.
Además, hace hincapié en cómo la versatilidad de la obra puede acercarse al acontecer nacional. “Ahora se cruzó con la contingencia, hace mucho sentido el abandono de los niños cuando se está hablando de los casos de negligencia y muertes en el Sename. Al ser esta una historia muy ficcionada permite entender el maltrato infantil”, dice.
En cuanto a los referentes, Miranda cuenta que no ha habido ninguna inspiración muy explícita y que cada estudiante ha configurado ideas a partir de diferentes lugares. “Ha sido muy bueno ver y entender el imaginario de alumnos de segundo año”, cuenta. En el curso se trató de invitar a los alumnos a la experimentación de materialidades y visualidades que abrieran las posibilidades escénicas en el mundo de los personajes y que también les entregara herramientas de animación y video.
Así, Cuatrojosos invita a un viaje tan surreal e irónico como triste, donde la imagen y los elementos de la puesta en escena son tan relevantes como las actuaciones. Las funciones son entre el 28 de noviembre y el 3 de diciembre. De lunes a sábado, a las 21 hrs. Adhesión voluntaria, en la Sala Sergio Aguirre del Departamento de Teatro de la Universidad de Chile, en Avda. Morandé 750.
