“El proceso constituyó una verdadera autoevaluación puesto que pudimos desarrollar una discusión profunda sobre qué es lo que significa asumir la formación de licenciados en el área de teoría e historia del arte en el contexto social, cultural y político en el que nos movemos”, dice la prof. María Elena Muñoz, jefa de carrera y subdirectora del Departamento de Teoría de las Artes, sobre el proceso de innovación curricular iniciado en esa unidad el año 2012, en el marco del llamado que hizo la Dirección de Pregrado de la Universidad de Chile a innovar los planes vigentes.
En ese entonces, la malla curricular de la Licenciatura en Artes mención Teoría e Historia del Arte “sí había sido transformada estructuralmente”, cuenta la académica. Y agrega: “Estaba operativa desde el año 2006, cuando además de orientar la docencia en líneas definidas, procedimos a la semestralización de las actividades curriculares, cuestión en la que nos adelantamos a otros programas de la Facultad. No obstante, el proceso, que contempló la consulta a académicos, egresados y estudiantes arrojó la necesidad de realizar algunos cambios para subsanar las debilidades percibidas”, añade.
Un plan de estudios integral
En el proceso de innovación curricular iniciado en 2012 se buscó “promover la formación teórica en función de cuestiones tales como la misión de la U. de Chile, la contribución que realizamos al país en la promoción, investigación y crítica sobre los hechos artísticos entendidos como conciencia simbólica y crítica de la sociedad”, cuenta la prof. Muñoz, definiéndose que las disciplinas que se cultivan en el programa -estética, teoría e historia del arte- debían “promover desde el estudio y análisis de las artes la elaboración de dispositivos críticos para abordar la trama social y sus problemas”.
De acuerdo a la académica, “esto implica activar las conexiones entre discurso artístico y discurso social, conocer las poéticas de la memoria a través de obras, documentos y textos críticos, colaborar a la apertura de un horizonte político que ayude a la producción del conocimiento, conocer de un archivo cultural de textos y obras de arte que han generado relatos y sentidos que han movilizado tiempos históricos determinados y caracterizar épocas históricas teniendo presente la reordenación de la identidad humana como proceso social múltiple y cambiante”.
En ese contexto es que la malla se estructuró a partir de un perfil de egreso “que define una formación orientada por la necesidad de situar históricamente los desarrollos artísticos, las categorías estéticas, los agenciamientos materiales e instrumentales”, comenta la prof. Muñoz sobre este plan de estudios innovado que preparará a los egresados para desempeñarse en los ámbitos académicos de la Historia del Arte, Estética y Teoría del Arte, así como en las áreas de Patrimonio y Gestión, y de la Crítica y la Curatoría.
Profesora, ¿cuáles son las diferencias y similitudes que observa entre la malla antigua y la nueva?
A diferencia de la malla anterior, en este nuevo plan cautelamos la concordancia entre los distintos saberes articulando una demarcación histórica definida en principio por los cursos de historia del arte. Así, los problemas de la estética, por ejemplo, serán revisados en el contexto de su emergencia histórica y en relación a la producción artística, cultural y social. Una diferencia importante respecto al anterior plan es que el ciclo inicial se alargó a seis semestres (en lugar de los 4 anteriores) y el ciclo especializado de acortó a dos. Esto debido a que surgió la necesidad de extender la revisión de algunos momentos y problemas fundamentales en actividades obligatorias y que previamente sólo podían abordarse en actividades de tipo electivo.
La implementación del ámbito de investigación supone su carácter transversal, es decir, colaborando con los otros ámbitos de desarrollo y por lo mismo se relevó su presencia en la malla. La incorporación de los ámbitos de crítica y curatoría y patrimonio se alimentan a su vez de los ámbitos troncales de Historia del arte y Estética y se orientan de manera concreta a la incorporación de nuestros egresados en el campo laboral en medios y espacios tales como museos y galerías.
Desde su perspectiva, ¿qué es lo que hace particular a esta malla y la distingue de otras carreras similares?
El nuestro es un plan de estudios que insiste en abordar de manera integral la investigación y reflexión sobre el hecho artístico. A diferencia de otras programas similares en distintas instituciones, nuestro programa de estudios está inmerso dentro de la Facultad de Artes, lo que permite establecer también un diálogo fecundo con la escena de la producción artística.
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