Redes transdisciplinarias visibilizan desafíos de Chile en energía, envejecimiento y desastres naturales

Redes transdisciplinarias U. de Chile visibilizan desafíos del país

“Las redes transdisciplinarias reflejan una nueva política implementada en la Universidad, asociada a los grandes desafíos que enfrenta la humanidad. Hemos tenido gran éxito en la articulación de este diálogo entre disciplinas, transmitiendo una visión holística hacia la discusión pública. Por ello, también proyectamos extender este tipo de instancias a otros temas relevantes para el país, como el litio, las energías renovables o las migraciones. Es importante seguir trabajando en cómo promoveremos programas, financiamiento y capacidades para este tipo de cooperación a futuro”, señala el Vicerrector de Investigación y Desarrollo, Flavio Salazar, sobre la consolidación de estas iniciativas. 

Desde 2014, la Unidad de Redes Transdisciplinarias (Redes Td) de la VID, se ha constituído como un soporte de acompañamiento al trabajo académico, logrando articular necesidades nacionales y globales desde el conocimiento. Este 2018 continuará profundizando el vínculo con actores sociales en el cruce ciencia-sociedad, e impulsará documentos estratégicos para la discusión de política pública mediante el abordaje inter y transdisciplinar. 

De acuerdo al Jefe de RedesTd, Pablo Riveros, “estas redes se consolidaron tras un largo proceso, donde la principal complejidad fue facilitar el diálogo entre distintas disciplinas. Asimismo, están teniendo la voluntad de transformarse en plataformas nacionales e incluso regionales, sumando a distintos actores internacionales para enfrentar problemáticas desde una perspectiva común. Actualmente la Universidad necesita fortalecer una institucionalidad que permita desarrollar iniciativas interdisciplinarias más allá de sus facultades, por lo que se hace necesario centralizar la coordinación”. 

Consolidar una red sobre pobreza energética con alcance latinoamericano 

Desde su conformación a principios de 2017, la Red de Pobreza Energética (RedPE) ha sumado a diversos profesionales y actualmente se compone por 120 miembros, que involucran a los ministerios de Vivienda y Urbanismo, Energía, Desarrollo Social, Salud y Medio Ambiente, entre otros organismos estatales. A través de talleres entre académicos, investigadores y representantes de la sociedad civil, se construyó una definición transdisciplinaria del concepto incorporando indicadores y dimensiones en instrumentos de política pública, permitiendo una medición directa de la problemática. 

La Coordinadora de la Red y Académica de la Facultad de Ciencias Sociales, Anahí Urquiza, enfatiza que “Chile es un país profundamente desigual y si consideramos la dimensión energética de la pobrez,  tendremos que asumir que las diferencias son mayores de las que queremos aceptar. La Red ha contribuido a la discusión con una propuesta de definición para el fenómeno; un análisis de las estadísticas existentes; y una revisión de las iniciativas estatales vinculadas a esta materia”.

Este año el equipo desarrollará líneas de investigación y formación de estudiantes mediante la ejecución de tesis, prácticas, pasantías y consolidación de núcleos de aprendizaje. Al mismo tiempo se revisarán las estrategias del Programa Comuna Energética del Ministerio de Energía.

La Profesora Urquiza agrega que “buscamos consolidar la RedPE Latinoamericana y a su vez trabajamos en la postulación de iniciativas con otras universidades, como el proyecto COALAR para hacer redes con la Universidad de Queensland en esta área. A partir de nuestra participación en la Conferencia: Pobreza Energética y la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, organizada en México, también comenzaremos a colaborar directamente con el Observatorio Europeo de Pobreza Energética, quienes están muy interesados en nuestra experiencia”.

Asimismo, la agrupación trabaja junto a la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC) en dos proyectos presentados a fondos de financiamiento nacionales, con el objetivo de construir mediciones en diversos territorios y generar soluciones energéticas accesibles en distintos niveles sociales. La Secretaria Regional de la ASCC, Natalia Sotomayor, comenta que “esta red tiene una gran potencialidad al estar alojada en la academia y esto ha sido fundamental para instalar el concepto a nivel de discusión, pues a corto plazo será relevado como uno de los grandes lineamientos mundiales. Los académicos han tenido una sinergia muy positiva con todo tipo de gobernanza, lo que deja en evidencia la constante expansión de su radio de acción y su entrada en el radar del sistema público y sus políticas”.

La próxima actividad de la Red será la inauguración de nueva infraestructura en el Departamento de Antropología de FACSO, donde funcionará la coordinación ejecutiva y se constituirá como un polo de colaboración inter y transdisciplinaria con investigadores, estudiantes y practicantes.

Reducir los riesgos socionaturales desde la academia

Lanzado en agosto de 2016, el Programa de Reducción de Riesgos y Desastres (CITRID) promueve la investigación transdisciplinar y divulgación de conocimientos sobre el tema, atendiendo eficazmente los requerimientos del Estado y la sociedad. Colabora activamente con la ONEMI, el Senado, el Ministerio de Obras Públicas, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres y también con otras universidades nacionales e internacionales. 

La Académica de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Carmen Paz Castro, destaca que “en Chile se han producido importantes pérdidas de vidas durante los últimos 100 años, además de los cuantiosos daños económicos producto de desastres de origen natural, pues se calcula una inverción permanente cercana al 2% del PIB. Para lograr la reducción de riesgo es indispensable el avance en el conocimiento científico y tecnológico para la toma de decisiones asertivas e implementación de medidas preventivas. Es vital que las universidades sean apoyadas para realizar investigación de punta, con los recursos necesarios para que la producción científica pueda entregar información cada vez de mejor calidad para el desarrollo sostenible del país”. 

CITRID forma parte de la Plataforma Nacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, instancia de coordinación intersectorial liderada por ONEMI. La Jefa de la Unidad de Gestión del Sistema Nacional de Protección Civil de la ONEMI, Natalia Silva, comenta que “el alcance de cooperación mutua es ilimitado pues siempre se requiere conexión con la academia, ciencia, tecnología y formación de capital humano, para mejorar la gestión de riesgo de desastres. El país requiere de una sólida y moderna institucionalidad, así como un marco presupuestario sinérgico que permita habilitar diversas iniciativas sectoriales y territoriales, comprometiendo a los distintos actores. En este sentido, el aporte de CITRID es vital para enriquecer el enfoque de este tema y visibilizarlo aún más en el debate nacional”.

En 2017, CITRID fortaleció sus colaboraciones internacionales con la Universidad de la Sapienza (Italia), la Universidad de Tohoku (Japón), la Universidad Católica de Perú y el Instituto Geofísico del Perú (IGP). Mientras que en abril realizó un encuentro con profesionales del Instituto de Altos Estudios para la Ciencia y la Tecnología de Francia (IEHST), con el fin compartir experiencias respecto los desafíos de la gobernanza. 

“Todas estas acciones son un reconocimiento a la intensa actividad que hemos desarrollado y que apunta a construir transdisciplina en la reflexión que los nuevos desafíos del siglo XXI nos demandan, ante el actual escenario de riesgo de desastres mundial y regional. Nos encontramos en un proceso de consolidación y expansión, apostando hacia la integración de conocimientos, disciplinas y saberes que emergen desde los diferentes actores e instituciones públicas y privadas”, concluye el Director del CITRID y Académico de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Jaime Campos.

Visibilizar las necesidades del envejecimiento en Chile

“Nuestro principal aporte como Red Transdisciplinaria sobre Envejecimiento, ha sido generar y construir un discurso desde la convergencia de diversas disciplinas sobre la posición de la Universidad frente a este desafío de carácter global. Buscamos que la vejez no sólo sea una sumatoria de distintos enfoques, sino de pensarla y construirla como un objeto de estudio único, que requiere una mirada compleja para abordarlo. Como investigadores especializados en distintas áreas, nos hemos obligado a dialogar con ese otro con el que no nos vinculamos cotidianamente por su frontera de conocimiento, avanzando hacia una vinculación que se ha extendido con otras entidades públicas de relevancia”, enfatiza la Académica de la Facultad de Ciencias Sociales, Paulina Osorio.

Desde 2016 la Red ha estado en permanente vínculo con el SENAMA, a través de seminarios abiertos a la comunidad académica y jornadas de trabajo con profesionales de otras instituciones interesadas en la vejez. Estas instancias han involucrado a agrupaciones de adultos mayores y permitieron la creación de una metodología para complementar las funciones del Comité Consultivo del Adulto Mayor, que busca asesorar al Director Nacional en las acciones, planes y programas del Servicio.

Para la Jefa de la Unidad de Desarrollo, Análisis y Evaluación de programas del SENAMA, Marcela Vargas, “estos espacios han relevado la importancia de la trandisciplinariedad para la definición de soluciones plausibles a los problemas reales de las personas mayores. Nos hemos enfocado en considerarlos como protagonistas para el desarrollo de las investigaciones, aportando de manera activa con su experiencia, percepción y opinión sobre los sistemas actuales que los atienden. El complemento entre la metodología impulsada por la U. de Chile y la realidad de la vejez que conocemos como servicio público, ha generado un proceso de aprendizaje mutuo que nos fortalece como instituciones y refuerza la generación de conocimiento”.

Como parte de sus objetivos en transferencia y formación, la Red ha llevado a cabo cinco escuelas internacionales sobre envejecimiento en la U. de Chile, donde han participado expertos de Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Francia, España y Japón, entre otros países. Además, la agrupación aportó en la discusión sobre la necesidad de abrir nuevas líneas estratégicas en el Concurso FONDEF IDeA en dos etapas temático en Adulto Mayor, lanzado por primera vez en mayo de 2016. 

Entre octubre y diciembre de 2017, se desarrolló por primera vez el Curso U-Abierta “Cómo envejecemos: una mirada transdisciplinaria”, que contó con la inscripción de casi ocho mil personas profesionales de la salud y la educación escolar. Además, se registró que más del 60 por ciento de los participantes se encontraba fuera de la Región Metropolitana llegando a distintos países de Latinoamérica.

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