En el marco del International Sculpture Symposium Penza, Inspiration Autumn:

Patricia del Canto emplaza obra en parque de esculturas en Rusia

Patricia del Canto emplaza obra en parque de esculturas en Rusia

"La experiencia fue definitivamente muy positiva", señala Patricia del Canto, académica del Departamento de Artes Visuales, sobre su participación en el International Sculpture Symposium Penza, actividad que congregó a 56 escultores de todo el mundo para realizar e instalar sus obras en el Parque de Escultura Legend. Fue en ese lugar donde Patricia del Canto dio forma a su obra, un espacio que le permitió "acceder a las propuestas escultóricas de un número importante de artistas provenientes de diferentes lugares del planeta, reunidos por el interés visionario de los organizadores y auspiciadores rusos para concretar este magno proyecto", dice.

Y agrega acerca de las similitudes y diferencias que pudo observar durante su estadía en Rusia respecto a las obras escultóricas ya emplazadas en el Parque Legend y las que se crearon e instalaron durante la realización de este simposio: "En general, noté una tendencia más acentuada a lo figurativo antropomorfo clásico, en especial en los escultores europeos tanto de la parte occidental (Alemania, Francia, España, Inglaterra, Italia, Bélgica) como la oriental (Checoeslovaquia, Hungría, Turquía, Bulgaria, Rusia). Curiosamente, encontré más afinidad con la escultura de los asiáticos: chinos, japoneses y  coreanos", dice la única chilena seleccionada en la segunda versión de este simposio que se realiza en la ciudad de Penza, en Rusia.

Para Patricia del Canto, la calidad de los proyectos escultóricos y las obras resultantes en el marco del International Sculpture Symposium Penza tenían un nivel muy parejo, "salvo uno o dos casos, donde las obras creadas tenían una indiscutible calidad y una factura impecable, cuestión notable dado el formato de algunas de éstas: las de mármol y madera, de  2 a 3 metros, y las de metal, que en algunos casos alcanzaron los 5 metros de altura", dice la académica del Departamento de Artes Visuales, quien demoró 17 días en construir su obra "Magic Ritual" (madera), la que quedó emplazada en el hall de entrada del hotel del Parque Escultura Legend.

Profesora, ¿pudo opinar respecto al lugar en que quedó emplazada "Magic Ritual?

Sí, por supuesto. Lo discutimos con la coordinadora y el curador, y llegamos a la conclusión de que lo más adecuado era instalarla en el interior para evitar el deterioro que sufre la madera a la intemperie -en especial si está sometida a un clima extremo como el de Rusia-, y sólo una vez que se le hiciera el tratamiento con impregnante y barniz protector, quizás instalarla en el exterior. Pero la verdad es que quedó tan bien en ese espacio que me convencieron de no instalarla afuera, sobre todo porque el espacio en el que la instalé -y en el que pienso que quedará finalmente- tiene una escala apropiada a la escultura, y los demás elementos, tanto arquitectónicos como objetuales, están ubicados a una distancia prudente, lo que permite una eficaz visualización y un recorrido adecuado.

Una vez que vio terminada y emplazada su escultura, ¿cómo cree que ésta dialoga con las otras obras que se crearon en el marco de este simposio?

Cada escultura es un mundo en sí mismo, por lo tanto, a la hora de emplazarlas, es muy importante crear un entorno adecuado que aporte una cierta intimidad para su apropiación por el espectador, con elementos paisajísticos si está al exterior o arquitectónicos si se ubica en un interior. En ese sentido, este Parque está recién construyéndose y los árboles están muy nuevos, no tienen más de 3 años. Incluso, todos los escultores del simposio plantamos dos árboles cada uno, los que quedaron con una placa con nuestro nombre. Entonces, esa atmósfera intimista aún no se da porque las esculturas se visualizan todas de una vez, lo que impide que se establezca esa necesaria conexión individual con la obra. Por esta razón, además de las que detallé anteriormente, me siento muy conforme y un tanto privilegiada del lugar donde quedó instalada mi escultura.

Por último, ¿cómo evalúa esta experiencia y qué es lo que más destaca de ésta?

Creo que lejos, lo más gratificante de mi profesión de escultora es, en primer lugar, obtener la distinción de la selección de mi proyecto; luego viajar a realizar el proyecto a un lugar desconocido, compartir una similar experiencia con pares de diferentes partes del planeta, lograr concluir la labor con total éxito y, lo más importante, dejar una huella personal en otra parte del planeta. Siento una enorme satisfacción y a la vez me siento muy agradecida de experimentar el regalo que significa la escultura como opción de vida.

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