Pablo Zamorano: "El espacio para desarrollar el potencial es importante"

Era el 2008. Pablo Zamorano era alumno de primer año superior del Departamento de Danza de la Universidad de Chile. Y ese año fue el Primer Encuentro de Danza Contemporánea Emergente "Vertientes", en el Teatro Oriente, donde se presentó con dos coreografías: "Pies pa' volar", de Andrés Cárdenas, y "No hay palabras para eso", de Bárbara Achondo, ambas repertorio de la Compañía de Danza de Papel. Pasarían dos años antes de que Pablo se presentara nuevamente en el marco del Festival. Recién este 2010 le propuso a la comisión evaluadora del programa de "Vertientes" un solo y una coreografía grupal de su autoría, ambos trabajos de Imaginario Colectivo. Finalmente quedó seleccionado "Crónicas", que se presentó el 16 y 17 de octubre en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), bajo el marco del Tercer Festival "Vertientes".

"Creo haber sido de los intérpretes y corógrafos más jóvenes en el festival. Destaco el respeto, la voluntad en proponerse a escuchar, intercambiar ideas, concebir danza tan diversa como cuerpos hay en el mundo para exponerla. Resalto la honestidad del público en la recepción con las coreografías propuestas. Existía un punto de tolerancia y reflexión en torno al hacer del cuerpo grandioso, más elevado que muchos bailarines", cuenta el estudiante.

"Crónicas" es un solo de danza creado e interpretado por Zamorano. "Es un estudio, un trabajo de investigación, como todas las coreografías que empeño. En términos técnicos implicaba trabajar en conjunto con un diseñador de luces, Marcelo Arancibia. Ambos situamos la idea de un cuerpo que entabla una relación más que directa con el espacio real que habita. La luz es un pilar fundamental, sustenta momentos en los cuales mi cuerpo cuenta, narra lo que acontece con el mismo", explica Zamorano.

¿Qué cuenta "Crónicas"?
Habla justamente sobre las crónicas que habitan en el cuerpo, el paso del tiempo en el hombre que "danza", y conjugo una serie de enunciados con respecto al  cuerpo en movimiento, como contemplar este como lenguaje, y hablamos de signos y más signos que proponen posibles significados. Estamos hablando de lenguaje, de expresión corpórea por medio de un ejercicio de pensamiento muy visible por quien lo especta. Es un juego constante de imágenes, texturas y desnudos que me hacen llegar a lo más profundo de la piel.

Para el alumno lo más gratificante fue la recepción del público. Luego de las funciones Javier Ibacache, crítico de danza y teatro, propuso una escuela de espectadores, una instancia en que el público puede dialogar y plantear sus preguntas e impresiones con respecto a lo que vio. "Fue increíble. "Crónicas tuvo bellas y constructivas críticas. Gustó mucho, la gente se sintió parte, pues entendía qué temas estaba tratando por medio de la danza, aunque para muchos la danza contemporánea es difícil de entender, con "Crónicas" muchos sintieron un descanso, un momento de reflexión, una "película de cuerpo antes sus ojos", según algunas expresiones", recuerda Pablo.

Ambos días participó junto a distintas compañías. Una de ellas provenía de Bogotá, Colombia. Les gustó tanto la coreografía que les propuso a Imaginario Colectivo llevar "Crónicas" a  participar en el  próximo festival que se realizara en su país en noviembre del 2011.

ESPACIOS NUEVOS, DANZA Y BELLEZA
"Crónicas" expone una serie de imágenes que se mezclan con un cuerpo que baila. Hay un simio que evoluciona hasta convertirse en hombre actual, un hombre en bicicleta, un hombre parado en la superficie del escenario no sabiendo si está dentro o afuera de la escena, un cuerpo que danza en dos minutos figuras de danza clásica, moderna, contemporánea y estilos de bailes como Charleston, salsa, disco y cueca, entre otros. Hay un cuerpo que se ilumina a sí mismo con una lucecita en la frente, y está Pablo, bailando.

¿Cómo evalúas la experiencia?
Muy positiva. El Colectivo "Vertientes", que lleva a cabo este festival de danza, es un movimiento que ha despegado exitosamente. Son jóvenes jugados por causas fundamentales en nuestro quehacer dancístico. Proponen un espacio con  condiciones notables, nos permiten tomar residencias artísticas con corógrafos nacionales, compartir con bailarines de regiones, saber de realidades con pares de la danza joven, intercambiar visiones de danza con artistas extranjeros y discutir con respecto a lo que somos para localizar el real escenario de la danza actual. Para Imaginario Colectivo fue una bella experiencia. Estoy feliz de trabajar bien acompañado, más cuando este colectivo está formado por compañeros de curso. Compartimos sueños y proyecciones. Aún queremos hacer y no parar de hacer.

¿Qué es lo que destacas de esta iniciativa?
Su organización y planificación de trabajo. Sé que se esforzaron un montón para que este año fueran tres semanas de danza intensivo, con funciones en espacios públicos gratis, con clases, muestras de video danza, con funciones para profesores de centros educacionales. Creo que apostaron por un festival más abierto, integral. Siempre lo ha sido, pero ahora compartimos con gente de regiones y de otros países y eso fue muy positivo. Es rico nutrirse con pares de la danza que viven otras realidades.

¿Consideras este tipo de espacios necesarios para los jóvenes?
Todo espacio para desarrollar nuestras potencialidades es de suma importancia, tanto artístico como expresivo. El que traza con dibujo con color, el que hace nacer música de sus manos o su propia voz, el que escribe y despliega universos sobre hojas de papel, todos merecen un espacio para desarrollar aún más su alma, su encuentro con lo profundo, con lo realmente esencial, la apreciación intuitiva de la danza es sin duda tan directa como cualquier otra disciplina artística. Está ahí. Veo al cuerpo y siento junto a él. El espacio para desarrollar el potencial es importante, pero también hay que gestionarlos, producirlos, llevarlos a cabo. Se ganan, y si queremos que todos tengan acceso, pues entonces hay que hacerlos nacer, visualizarlos.

¿Qué fue lo que más te llamó la atención?
La baja asistencia de alumnos del departamento de danza de la Universidad de Chile. Los cursos más pequeños demuestran gran interés por lo que acontece en la danza actual, asistiendo obras de todo tipo e informándose. Pero por lo general los cursos superiores se mantienen a la deriva, con excepción de algunos pocos que sí hacen oficio y profesión de lo que estudian. Muchos olvidan que el ser artista de la danza no es solo mantenerse sujeto a las propias capacidades formales del cuerpo, sino que hay que generar nuevas visiones para luego desechar y optar por lo que se quiera. El conocer, comprender y reflexionar sobre otros cuerpos es un pilar fundamental en la construcción de un profesional de la danza.

¿Con qué crees que se queda el público?
Cuando hablamos de danza no hacemos danza, solo danzando hacemos danza. La danza te lleva a la relación directa entre cuerpo y signos que nos conforman, cuerpo como materialidad de nuestro ser, de nuestra herencia. Y creo que el público siempre se queda con algo difícil de traducir en palabras, porque proviene de un lugar muy humano. La danza es parte de nuestra identidad, cada cual posee la propia, digna de belleza inherente, única.