En los muros exteriores del colegio Base El Bosque:

Estudiantes plasman en muros memoria histórica de barrio de El Bosque

Estudiantes plasman en muros memoria histórica de barrio de El Bosque

Hace poco más de un mes finalizó la segunda fase de Estéticas de la Memoria, iniciativa gestada en el Departamento de Artes Visuales que, en el marco del acuerdo de colaboración suscrito entre esa unidad académica y la I. Municipalidad de El Bosque, rescató la memoria histórica de distintos barrios de esa comuna a través de la creación y realización de murales e intervenciones artísticas que buscaron recoger y desplegar la historia propia y la colectiva. Y ése también fue el objetivo de los estudiantes que en 2012 cursaron el Taller Lenguaje Visual II con María de los Ángeles Cornejos, Patricia del Canto y Tatiana Núñez, académicas que en su programa contemplan al menos un ejercicio de intervención espacial de sitio específico que el año pasado, como parte de esta iniciativa, fue ejecutado en los muros exteriores del colegio Base El Bosque.

"Primero conversamos con los alumnos, les propusimos el tema, sus implicancias y el compromiso al que se enfrentaban con ellos mismos, con la Universidad y con los vecinos de El Bosque, para luego visitar los lugares posibles y elegir los tres más adecuados", explica Patricia del Canto respecto a cómo se organizaron para llevar a cabo este proyecto enmarcado en Estéticas de la Memoria, iniciativa en la que participaron tres cursos de Lenguaje Visual II, destinando a cada curso uno de los espacios elegidos y dividiéndolos en grupos de cuatro estudiantes para que presentaran sus respectivas propuestas de intervención espacial.

Ello, a partir de la información recopilada en las tertulias que se organizaron con los integrantes de la junta de vecinos del barrio en que estaba el colegio en que realizarían los murales, porque "un sitio específico no se trata sólo de hablar de dimensiones físicas o espaciales, sino también de establecer relaciones con el entorno y con todas las subjetividades que están presente en un determinado lugar", señala María de los Ángeles Cornejos, agregando que "nuestros estudiantes realmente se apropiaron de este proyecto, encontrando un lugar en la sociedad a través del arte. Por eso, creo yo, mostraron tanto respeto y compromiso con la historia que narraron los vecinos, porque entendieron que el proyecto no implicaba ir e instalar una obra en ese lugar, sino construir una obra con ese lugar".

Los murales

La historia narrada por los vecinos fue la base con la que trabajaron los estudiantes para elaborar las maquetas de sus respectivas propuestas, las que fueron sistemáticamente corregidas por estas académicas hasta elegir los proyectos que finalmente se instalarían en los muros externos del colegio Base El Bosque, una propuesta por cada curso que, en su conjunto, debía hacerse cargo de la construcción de estos murales. "Hubo grupos que se comprometieron a tal punto con el proyecto que trabajaron horas extras, comprometiendo a los funcionarios para que colaboraran. Incluso organizaron distintos eventos para reunir dinero y terminar de financiar sus proyectos, asumiendo que eran parte esencial para poder construir, develar y exhibir la historia que los vecinos les confiaron", cuenta María de los Ángeles Cornejos.

En las tertulias que se organizaron, estudiantes y profesoras pudieron conocer "relatos y anécdotas que reflejaban la historia y la relación más profunda que ellos han construido en el tiempo con ese lugar, recuerdos que habían vivido individual y colectivamente, y que demostraban que pese al esfuerzo y lo árido que había sido para ellos comenzar la vida allí, al mismo tiempo eran testimonios que les permitían construir un afecto con ese lugar", agrega María de los Ángeles Cornejos sobre esas instancias en las que pudieron conocer de la falta de agua o de lo complicado que era levantar o mantener las casas en pie porque era usual que se enfrentaran a fuertes ráfagas de viento.

Y fueron justamente esas historias las que quedaron plasmadas en los murales, "proyectos que se resuelven principalmente con una gran economía de medios, la síntesis en los elementos usados y su concordancia con los valores representados les confieren gran pregnancia teniendo a la vez una exacta proporción con el lugar de emplazamiento", dice Patricia del Canto sobre estas propuestas que "apuestan por una relación reflexiva de parte de los vecinos en cuanto a su percepción de los murales. Es decir, que al recorrer cada uno de éstos puedan identificarse con algunos hechos particulares respecto a cómo se construyó la población, sus materiales y algunos sucesos que los afectaron en los inicios, como la falta de agua y las ráfagas de viento, cuestiones que esperamos que se visualicen allí", añade Tatiana Núñez.

De hecho, el mural que ocupa la fachada del colegio representa justamente la falta de agua y ese proceso colectivo que significó no sólo ir a buscarla a distintos lugares sino también todo lo que implicó la llegada de ésta a través de cañerías. El segundo mural, en tanto, rescata una anécdota que muchos vecinos recordaron en las tertulias: la ropa tendida que volaba por culpa del viento y que los obligaba a salir de sus casas para recuperarla, "situación que fue compleja pero que a la distancia emerge como espacio de encuentro colectivo que recuerdan con mucho cariño", cuenta María de los Ángeles Cornejos. Por último, el tercer mural simboliza el levantamiento de la vida en el lugar, desde la llegada y los primeros cimientos, pasando por la construcción de las casas, hasta la apropiación de ese lugar en términos de lo subjetivo del vivir y habitar cotidianamente ese lugar.

Los murales se encuentran en los muros exteriores de la Escuela Base El Bosque, ubicada en Mariano La Torre 11600, El Bosque, y se suman a los ya realizados en el año 2011 (ver contenidos vinculados). "Lo más destacable quizás es el haber llevado a cabo el proceso completo, desde los estudios iniciales a la concreción del proyecto, interactuando con la comunidad externa a la Universidad y operando como artistas profesionales en su etapa académica inicial", concluye Patricia del Canto sobre esta experiencia en la que participaron estudiantes que en 2011 formaban parte del 1° A, 1° B y 1° C de la Licenciatura en Artes Plásticas de la Universidad de Chile.

Estudiantes

1° año A: Cristóbal Albornoz | Pamela Briones | Samantha Cabrera | Julián Farías | Francisca Jiménez | Luis Ariel López | Nicolás Mellado | Claudio Navarrete | Álvaro Oyarte | Paula Pardo | Gustavo Retamal | María Romero | Sebastián Suazo | Daniela Vega | Kurt  Wesp.

1° año B: Mariola Quirland | Byron Jiménez | Paulina Valdenegro | Francisca Reyes | Guide Aguilera | Tania Allende | Alejandra Ayala | Consuelo Cabello | Jaime Cortés | Leonardo Farías | Ulises López | Ismael Palma | María Saavedra.

1er año C: Bastián Aguirre | Fabiola Albornoz | Amal Barrientos | Daniel Castro | Clemente Frigerio | Augusto Gaymer | Aura Labarca | Daniela López | Antonio Ortiz | Rodolfo Quezada | Catalina Reyes | Javiera Salinas | Diego Silva | Pablo Vallejos | Josefa Vergara | Juan Pablo Villacura.

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