"Me interesó de sobre manera trabajar en Límite/Territorio-Comunidad, principalmente porque los trabajos que he desarrollado siguen una línea de observación que gira en torno al espacio del otro y a cómo éste se encuentra y se relaciona con el espacio colectivo que habita", responde Carla Motto al preguntarle por las razones que la llevaron a exponer por tercera vez en Sala de Carga, container marítimo que fue transformado en una galería itinerante de arte contemporáneo en la que esta artista y profesora del Departamento de Artes Visuales ya había exhibido en 2012, siendo invitada por el equipo directivo de ese espacio para exponer nuevamente durante este año en la muestra que giraría en torno al concepto "comunidad" , optando por mostrar los resultados de un proyecto que concretó en la comuna de Recoleta y en el que trabajó precisamente a partir de la idea de comunidad que se desarrolla e instala en un lugar en particular.
"Tomando la definición de 'el estado de lo que es común' es que se estableció un recorrido fotográfico, identificando la relación entre los habitantes y el espacio público que ellos ocupan. Aquellos que viven, trabajan o visitan esta comuna, generan el reconocimiento, por mi parte, de levantamientos populares en el espacio que nos hablan de la pertenencia de un lugar que se transforma en propio a pesar de ser público", explica esta artista formada en la Universidad de Chile sobre Apropiaciones, nombre de esta propuesta que se tradujo en una serie de fotografías que dan cuenta de cómo en esa comunidad "se manifiestan un sin fin de actos de apropiación de los espacios que los transforman en lugares de reconocimiento común, identificando cada fragmento fotográfico que realizo como recorrido de su identidad", añade sobre esas imágenes que instaló sobre el mapa de Recoleta para establecer así su ubicación en el plano.
Junto a esta obra se exhibe la propuesta de Pilar Godoy, Licenciada en Artes Plásticas de la Universidad de Chile que trabajó a partir de objetos donados por distintas personas, "encauzando la petición hacia una dirección pero obteniendo resultados totalmente diversos y azarosos", dice esta artista que, de esa manera, buscaba acercar el arte a una mayor diversidad de personas. "El resultado que se obtiene no es sólo gesto del artista, sino de otras setenta y cinco personas más, permitiendo un lenguaje más cercano, más inclusivo y más real no sólo para el que participó en la conformación de esta muestra, sino para alguien que la ve por primera vez; un trabajo colaborativo que, en este caso, permite conocer y descubrir diversas maneras de comunicación ante un objetivo", agrega esta egresada de la Facultad de Artes sobre esta obra que se podrá apreciar hasta el 5 de noviembre.
De hecho, la oportunidad de exponer su trabajo en una galería fuera de lo convencional, como Sala de Carga, que ha recorrido distintos lugares de la Región Metropolitana con el objetivo de acercar las distintas manifestaciones artísticas a públicos que están más distantes de los centros que habitualmente exhiben arte, fue uno de los motivos que llevaron a Pilar Godoy a postular a la convocatoria que propuso este espacio. Es más, la relación que establece entre el concepto que guió la curatoría de esta muestra y la obra que allí exhibe tiene que ver justamente con "el interés por querer incluir a más personas en prácticas artísticas, experimentando con propuestas nuevas y espacios nuevos. Por eso es que me sentí identificada con el eje curatorial que se convocó en esta exposición, ya que mis últimos trabajos han abordado la relación con la comunidad de manera directa", explica.
Esta muestra además contempla la exhibición de una obra de Carlos Silva, Licenciado en Artes Plásticas que también destaca el carácter itinerante de Sala de Carga y su interés por democratizar el acceso al arte. "Son pocas las posibilidades en que la calle y el peatón pueden encarar propuestas visuales al margen de lo ilustrativo y la vorágine publicitaria -sobre todo pensando en el periodo de saturación de propaganda política en el que nos encontramos- y esa interacción es, a decirlo menos, sana. Lo más potente es que no 'mira a huevo' a la gente de 'los barrios', y eso es fundamental para que se genere comunicación y traspaso de ideas, es decir, que el arte circule", dice este artista que expone una reproducción en papel del escudo de los Legionarios de Cristo, sobre el que pintó el patrón de monogramas de la marca de moda francesa Louis Vuitton.
"Me interesa jugar con la idea de iconografía que sigue definiendo a una élite en tiempos democráticos donde se instala el paradigma de que 'todos somos iguales'. Las sectas religiosas elitistas y las marcas de lujo se definen estéticamente por sus escudos, y los quise juntar en todo su barroquismo y decadencia", explica este egresado de la Facultad de Artes, cuya "obra se conecta con la delimitación de una comunidad, en este caso una elite económico-social, poniendo en evidencia la unión que hay entre el lujo y la religión como dos engranajes de una gran cultura en la que se superaron los títulos nobiliarios pero siguen habiendo escudos que separan una comunidad pudiente de 'los otros'", añade respecto a la relación que existe entre su obra y el eje curatorial de esta muestra que también contempla la exhibición de las obras de Amaranta Úrsula Espinoza, Alejandro Abello y Carla Ayala.
YESSR6/Post Mortem
"Las obras tienen una línea visual que se caracteriza por indagar en espacios conceptuales enrarecidos, interpretables como contextos paralelos, póstumos y/o oníricos", señala Felipe Bracelis, egresado de la Licenciatura en Artes Plásticas y Director del proyecto YESSR que, junto a Guy Berube, Director La Petite Mort Gallery, estuvo a cargo de la curatoría de YESSR6/Post Mortem, muestra que se inaugurará el próximo 1 de noviembre en el Centro de Arte Experimental La Perrera Arte y que reunirá las obras de artistas chilenos y extranjeros, entre ellos, de Adolfo Bimer, Iván Olivares, Gabriela Rivera y Rosita Beas, artistas formados en la Universidad de Chile que trabajaron en torno al concepto post morten para dar forma a las propuestas que exhibirán en esta exposición, una versión extendida de la que ya se había presentado en septiembre en La Petite Mort Gallery, en Canadá.
"El después de la muerte no es necesariamente un elemento trágico una vez que lo diseccionamos y entendemos el origen de dicha afección. Nos enfrentamos a una multiplicidad de posibilidades vivenciales y espirituales que se logran desplegar una vez que asumimos una perdida sobre el cuerpo físico y lo que esto podría significar", se señala en el comunicado de esta exposición a la que se invitó a participar a jóvenes artistas chilenos que trabajaran a partir de una iconografía que resultara pertinente con la línea curatorial. Al respecto, Felipe Bracelis agrega que "el postmortem nos pareció un tema interesantísimo porque podía ser abordable por cualquier artista de manera cercana, ya que es transversal y adaptable a cualquier mirada o cultura, puesto que nos permite trabajar desde una base religiosa, histórica, mística e incluso social".
En ese contexto es que parte importante de las obras que allí se exhibirán "trabajan a partir de la figura humana, pero transmutada y desvanecida, contenida en sub espacios que representan la visión -y tensión- de cada uno de los artistas en torno al concepto dado. Tenemos muchas obras de formatos más grandes que generan un montaje bastante impactante en un espacio como La Perrera, así como distintas instancias performativas que se desarrollarán en el marco de la inauguración y que dialogarán directamente con las obras ahí expuestas", concluye Felipe Bracelis sobre esta muestra que reunirá las propuestas de Adolfo Bimer, Aleks Bartosik, Lautaro Veloso, Whitney Lewis Smith, Peter Shmelzer, Saddo, Antonio Becerro/ Jorge Aceituno, Andrew Salgado, Francois Escalmel, Ashkan Honarvar, Gonzalo Benard, Cristóbal Traslaviña, Derek Stefanuk, José Badia Berner, Gabriela Rivera, Matthew Stradling, Rosita Beas, José Pedro Godoy, Iván Olivares y Felipe Bracelis.
