Raúl Osorio, director del Teatro Nacional Chileno:

"Estamos en el intento por el rescate de un teatro universitario"

"Estamos en el intento por el rescate de un teatro universitario"

Las butacas de la Sala Antonio Varas dejaron de ser incómodas y ya no suenan en medio de las funciones. La pintura de dicha sala ya no está resquebrajada y el escenario luce distinto. Esto, tras la adjudicación de un proyecto de mejoría de infraestructura cultural por parte del Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, Fondart.

Junto con reabrir sus puertas a mediados de abril, mostrando una sala refaccionada, el Teatro Nacional Chileno, TNCH, iniciaba un año de desafíos, los que tienen relación con reencantar a un público que dejó de ver sus montajes, sacar el teatro a regiones y rescatar el teatro universitario. En definitiva, saldar cuentas pendientes.

Optimista está el director de Teatro Nacional Chileno y profesor de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, Raúl Osorio. El académico habla de cómo ha sido su gestión a la cabeza de dicho teatro, de su madurez como director teatral, del cumplimiento de su anhelado sueño de iniciar una gira a regiones, que ya tiene fecha de inicio, de la relación entre el TNCH y la Facultad de Artes y de los proyectos que tiene en mente.

¿Cómo sientes al Teatro Nacional Chileno hoy?

Tengo la percepción de algo palpitante, vivo, real y con mucha proyección a futuro. No ha sido fácil llegar a un punto en el cual uno pueda vivir la experiencia de que se ha conformado algo a través de varios años, y que intenta darle un perfil, un carácter al Teatro Nacional más definido, un rostro más preciso. Tiene que ver con el afinamiento y el encuentro de haber desarrollado ideas, intentos fallidos, otros con más asertividad, haber dialogado con diversos actores, actrices, diseñadores, directores y músicos que han pasado por este teatro en estos últimos cinco años y con los cuales se ha ido afinando esta visión de un teatro universitario. Mi sensación, es que estamos en el intento por el rescate de un teatro universitario, en el concepto de cómo fue creado y fundado el Teatro Nacional Chileno hace muchos años atrás. Me da la impresión de que esos principios, esas bases fundacionales de 1941, siguen vigentes, aún más, diría que esos principios están más vigentes que cuando fue fundado el teatro, tomando en cuenta que hay más distracción para ejercer el oficio del teatro que cuando se fundaron los teatros universitarios en Chile.

¿Cómo fue tu llegada al TNCH cuando asumiste el 2001 como director y cuales han sido los principales logros en tu gestión?

Cuando llegué al TNCH, invitado por Sergio Aguirre, al cual a la vez yo había invitado al Teatro de la Universidad Católica, me encontré con un teatro que más o menos ya conocía, porque había dirigido algunas obras en este lugar. No conocía a la institución en profundidad pero ya estaba en una relación de amistad con ella, gracias a Sergio y a Fernando González. Por lo tanto, cuando asumo la dirección, llego con la sensación que no estoy en un lugar muy desconocido para mí y acepto el desafío de ser director con mucha energía y ganas de poder crear una cantidad de actividades, las que muchas veces habíamos conversado con Sergio Aguirre. Por lo tanto, mi gestión no es una prolongación de las direcciones de estos dos maestros, ya que he proyectado algunos sueños y visiones que los tres compartíamos, más la aplicación de ciertas iniciativas que he tenido en estos años. Me interesa la internacionalización del teatro, además, estoy muy interesando en el tema regional, dos áreas que no se habían desarrollado en este lugar. Estamos en buen camino y ese buen camino hace que se multipliquen las posibilidades de las actividades que podemos desarrollar como Teatro Nacional Chileno, eso me estimula y estoy dispuesto a trabajar en ello. Esto tiene relación a poder crear concursos de dramaturgia, encuentros, conferencias y traer a más extranjeros que puedan dialogar sobre teatro y así hacer nuestro teatro cada vez más público, siendo esa nuestra obligación.

¿Cuáles son esos sueños y visiones que mencionas?

Es la idea de crear un espacio con el concepto de centro dramático nacional, un concepto francés que tiene relación con un lugar donde suceden muchas actividades en torno al teatro, las que pueden ser muy diversas, pero que a la vez interactúan unas con otras, produciendo un alimentación hacia la institución, dando cuenta del objetivo de insertar la actividad teatral en una sociedad como la muestra, con un valor y un sentido artística, social y cultural. Eso que puede ser un discurso muy repetido, es muy complejo de poder realizarlo, ya que requiere de mucha gente, experiencia, vinculaciones y dinero. Esto va desde cambiar las butacas, hasta crear conexiones con instituciones extranjeras, lo que requiere mucho trabajo. Para mí, sería un gran objetivo conseguir otra sala además de la que tenemos, donde podamos tener un grupo de investigación teatral, donde podamos realizar las funciones especiales para alumnos e impartir los seminarios para formación de público.

La Sala Antonio Varas ha experimentado cambios. La programación del 2006 fue un tanto arriesgada, en cuanto fue bastante experimental. Sin embargo este año han estrenado montajes cuyos logros han sido comunes, como las destacadas direcciones e interpretaciones ¿Cómo sientes que partió este año para el TNCH?

Si bien, en general el 2006 fue bastante exitoso, tenemos un problema con un público que está huyendo del teatro. Hoy, hay mucho teatro en Santiago y no todos trabajan a sala llena o media, incluso. Hay un público potencial al cual nos dirigimos este año, y que debemos intentar recuperar. Ese público es aquel que no es el estudiantil ni el universitario, ya que ellos asisten regularmente, me refiero al público común y corriente, hablo de aquel público que tiene poder de consumo, el que va al cine, por ejemplo. Hay un público que se cansó de la experimentación, por un lado y que es válido y hay otro que quiere ver buen teatro, con buenas direcciones y buenas interpretaciones, en el cual el principio del goce, del espectáculo, lo deje satisfecho. Con goce no me refiero solamente a que se rían en su totalidad, sino, donde el público se pueda identificar con lo que ocurre en el escenario, donde haya una vinculación directa e inmediata con el espectador. Hemos creado un programa que se llama "Recuperación y Formación de Audiencia", el que es muy importante para nosotros, porque sabemos que tenemos a un grupo numeroso al que no hemos llegado. Esto tiene que ver también con lo que queremos hacer en regiones, donde vamos a estar en lugares donde prácticamente no hay o hay muy poca actividad cultural.

¿En qué consiste esta salida a regiones del TNCH?

Es un programa al que hemos llamado "Caminata Teatral por Chile", donde recorreremos el país de sur a norte. Estaremos en cerca de veinte y cinco lugares, desde donde nos vamos a desplazar a pequeños pueblos. Es un programa que tiene que ver con poder llegar a un público y a un sector de la población que está marginado de la actividad cultural. La idea es conectarnos con las actividades culturales locales y poder hacer un intercambio entre lo que están haciendo en regiones y lo que hacemos nosotros con "La Remolienda", obra que iría como punta de lanza, abriendo camino hacia esos lugares. Esta gira comenzará la última semana de julio en la Región de Arauco y la idea es llevar conferencias, talleres y seminarios, para poder relacionarnos con una realidad teatral y cultural, a nivel profesional, vocacional y escolar.

¿Cuándo se gestó la idea de esta gira regional y con qué apoyos cuentan para realizarla?

Hace muchos años que estamos trabajando y gestando esta gira nacional. No teníamos los medios para hacerlo, pero ahora contamos con el apoyo del gobierno de Chile, de los Seremi de las distintas regiones, las municipalidades, grupos teatrales y universidades, con los que hemos podido crear alianzas.

¿Cuál será la programación para el segundo semestre en la Sala Antonio Varas?

El 9 de julio comienzan los ensayos de "Filotas", una obra de G.E. Lessing bajo la dirección del alemán Alexander Stillmark. Ese montaje se estrenará a fines de agosto y debería estar en cartelera hasta principios de octubre y se enmarca en una alianza de coproducción que hicimos con el Goethe Institut. Además, la idea es remontar "La Remolienda" para que esté en cartelera hasta enero de 2008, inclusive. Y por último, tenemos un acuerdo de coproducción con Mauricio Celedón para estrenar su último montaje, "El Paraíso", pero no tenemos claro si será en enero o marzo de 2008.

¿Se puede hablar de una madurez en tu trabajo como director, tomando en cuenta la diferencia en la dirección de tus últimos montajes, "El Teatro, la escena secreta" y "La Remolienda"?

No sé, yo creo que estoy maduro hace mucho rato. Con el tiempo y la experiencia se aprende a simplificar las cosas. "La Remolienda" es una obra que estuvo en mi escritorio por tres años. Lo que llamas madurez tiene sentido en cuanto ese montaje tuvo cabida en nuestros proyectos de teatro popular, el que tiene un masivo poder de convocatoria y que es lo que necesitaba en Teatro Nacional Chileno en estos momentos, bastaba encontrar el momento. Esa madurez quizás tiene que ver con la capacidad de ver cuándo es el tiempo que le corresponde a una obra o a un proyecto.

¿Cómo sientes la participación de la Facultad de Artes en el TNCH?

La relación es muy buena y el vínculo con el Decano Pablo Oyarzún es extremadamente positivo. Esto funciona en base a la confianza, tanto en mi relación con mi equipo, como con las autoridades de la facultad y ellos tienen mucha confianza en lo que hacemos acá. La facultad observa que lo que aquí sucede es de interés nacional y no sólo personal o institucional universitario. Nosotros estamos conscientes que si bien, queremos catalogar nuestro teatro como universitario, sabemos que tenemos que cumplir una función que sea de interés nacional, en la manera de retribuir los fondos que el teatro recibe y que sin duda debemos multiplicarlos. Con el soporte que da la facultad, tenemos la capacidad de hacer gestiones para el teatro.

¿Te imaginas al TNCH sin la Facultad de Artes?

¿Por qué habría de pensarlo?

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