En el Departamento de Artes Visuales:

Alexander Del Re: "En performance hay que mirar más allá de las fronteras"

Del Re: "En performance hay que mirar más allá de las fronteras"

"La inquietud de crear una organización independiente que trabajara en la promoción, producción y enseñanza de la performance surgió de una alianza que establecí junto a Alejandra Herrera a finales de 2001. Ello respondió básicamente a un vacío cultural que se creó en Chile, a una discontinuidad histórica entre la generación anterior a la nuestra -la clásica, la Escena de Avanzada-, y la nuestra", señaló Alexander Del Re, educador y artista de performance que hace unos días se reunió con el Subdirector del Departamento de Artes Visuales, Arturo Cariceo.

Formado artísticamente en Estados Unidos, sólo luego de investigar durante 10 años sobre la historia de la performane comenzó a hacer performance propiamente tal. Alejandra Herrera, por su parte, que es Licenciada en Artes plásticas de la Universidad de Chile, "se formó además en España, entonces, también sufrió un fenómeno parecido al mío, de discontinuidad histórica en el contexto en el que vivíamos. Y fue ese fenómeno el que nos impulsó a hacer algo al respecto", contó sobre ello Alexander Del Re.

Y agrega: "Desde los 90 empecé a participar en festivales internacionales de performance, por lo tanto, conocía el contexto de presentación de este tipo obras en el resto del mundo y siempre sentí un vacío porque en Chile no pasaba lo mismo. Aquí no se presenta la performance con un formato que le llegue al espectador, y en buenas condiciones de presentación para los artistas. Fueron esos factores los que nos hicieron sentir la necesidad de producir algo con nuestros propios medios para empezar desde cero".

Eso que produjeron se llamó PerfoPuerto, organización artística independiente dedicada a la promoción y difusión de la performance en Chile, cuya primera iniciativa de mayor alcance se desarrolló en Valparaíso en abril de 2002, cuando organizaron "Av-ant Perfo", muestra internacional de arte de performance. Luego, en diciembre del mismo año, produjeron el primer festival Latinoamericano de performance en esa ciudad, en el que participaron artistas de habla hispana del norte y sur de América, así como de España.

"Cuando decidimos partir con el primer evento de PerfoPuerto, en Sudamérica sólo había repetición de los mismos modelos anteriores de presentación, de los mismos artistas en un circuito cerrado. Posteriormente, a medida que esta idea comenzó a tomar forma, comenzó a prender dentro de Sudamérica. Es más, a partir de PerfoPuerto se generaron una serie de otras instancias en distintos países, por ejemplo, PerfoChoroni, un festival de performance que hay en Venezuela, cuyo nombre está relacionado con nuestra propia propuesta", contó Alexander Del Re.

¿Por qué decidieron llamarla PerfoPuerto?

Porque el primer evento que íbamos a hacer fue en Valparaíso, y pese a que mucha gente piensa que vivimos en Valparaíso, debo decir que eso no es así. La idea de usar ese nombre tenía que ver con el concepto de puerto: un puerto que recibe a estos visitantes que van y vienen. A la fecha hemos organizado trece festivales, donde han participado 120 artistas de 30 países distintos. Es muchísima gente, y los artista más ilustres de la performance mundial han estado con nosotros. André Stitt, Alastair McLennan, Boris Nieslony, Seiji Shimoda son casi instituciones en sí mismas que se han presentado en nuestros festivales. Todo esto ha generado una necesidad de producir performance de nuevo en Sudamérica, un efecto colateral que creamos y que hasta el día de hoy no nos deja de sorprender porque empezamos con una actividad pequeña y con pocos recursos. Obviamente, después lo empezamos a financiar en mejores condiciones, hicimos alianzas con distintas instituciones y hemos presentado festivales en distintos lugares de Santiago y Valparaíso, así como en Buenos Aires y Montevideo. La idea ha tenido mucha más circulación de lo que nosotros ni siquiera pensamos en un principio.

Cuando recién comenzaron, ¿cuál fue la reacción de los artistas y del público que llegó en ese entonces?

De alguna manera, los primeros festivales producían una sensación de extrañamiento a los espectadores, que no se ha producido en los realizados más recientemente. Los primeros artistas que presentamos eran muy jóvenes y buenos, algunos de ellos, por ejemplo, presentaron su primerísimo trabajo en el contexto internacional de nuestro festival. Esos artistas se formaron al alero de estos Festivales, por lo que tienen una perspectiva mucho más global de las cosas, lo que también me interesa porque yo me formé a mí mismo viajando. Si se pudiera dar un mensaje a los alumnos, es que hay que mirar mucho más allá de las fronteras para tener una imagen completa de la performance porque, a diferencia de lo que pasaba en otras épocas, hoy día la performance es global y sucede en todo el mundo. Por ejemplo, este año participo en un proyecto en Polonia y en Alemania, en un festival en Suecia, después estoy en China y en Taiwán. Ya no sirven las performance contingentes que funcionan sólo en Chile. La internacionalización de la performance es un fenómeno que está inscrito desde la fundación de la performance.

Hace poco presentaron un libro que reúne varios textos surgidos a raíz de las actividades que organizaron. ¿En qué momento apareció la reflexión en el trabajo de PerfoPuerto?

En el año 2005 nosotros hicimos un Congreso Internacional de Performance, un proyecto bien particular porque coincidía con dos festivales que estábamos organizando, uno en Santiago y uno en Valparaíso. Fue muy interesante porque tuvimos muchísimas mesas redondas, charlas y grupos de trabajo, y a partir de ahí se generaron múltiples reflexiones. Fue muy interesante escuchar hablar de la práctica, los problemas y los desafíos a artistas muy importantes que llevan 30 años de performance. Ese primer Congreso nos dejó con la sensación de que teníamos que hacer algo con este material. De hecho, hubo una segunda versión del Congreso que se realizó en la Universidad de California en Santa Cruz, y en carpeta hay otras versiones que se van a hacer en otros momentos y lugares. De alguna manera, generamos esa necesidad también.

¿Pero qué pasó que sintieron la necesidad de sentarse a reflexionar?

Los primeros festivales que organizamos nos dejaron con esa sensación. Veíamos grandes obras que nos dejaron pensando por mucho tiempo, pero nunca se daba el momento para poder producir una reflexión al respecto. Habitualmente organizamos charlas y micro-talleres, pero dada la compleja logística que tiene un festival, no había tiempo para hacer más. Tratar de hacer ambas cosas es una locura, por eso nos propusimos hacer un Congreso. Llegaron alrededor de 40 artistas, de más de 20 países y, además, organizamos una muestra de sus trabajos. Entonces, la necesidad de generar, de establecer una pausa entre los festivales para la reflexión, nos obligó a organizar ese congreso, que nos dejó con la sensación de que teníamos mucho material que no estábamos compartiendo.

¿Qué textos reúne el libro?

Se buscó reunir textos con varios criterios. En general, quisimos que cada festival que nosotros produjimos fuera comentado por uno de los participantes, tanto nacionales como internacionales. Entonces, le dimos cabida a artistas, teóricos y docentes de performance que participaron en una de las instancias. En total, se reunieron textos de artistas y teóricos de 7 países distintos. Por ejemplo, el 2007 realizamos dos muestras donde jugamos con el fenómeno de la separación de géneros, y para ese proyecto invitamos a Mauricio Barría para que produjera un texto de reflexión. También, una teórica residente que era estudiante de la Universidad de Chile y que estuvo trabajando con nuestro material, escribió el prólogo. Quisimos que fueran personas que hubiesen estado involucradas en el festival y que dieran cuenta del proceso. Por eso, algunos artistas contaron el proceso de elaboración de sus trabajos y otros hablaron como observadores del festival. También tenemos un texto de un taller internacional que dimos el año 2006 en Viña del Mar, y es sobre el proceso de ese taller, desde la enseñanza hasta los resultados.

¿Hacer talleres también es parte de PerfoPuerto?

Sí. Yo había dado talleres mucho antes de la existencia de PerfoPuerto, desde 1993, cosa que he hecho ininterrumpidamente y no sólo en Chile. Siempre fue un fenómeno central en nuestra producción porque no nos bastaba con los festivales y presentar artistas, sino también nos interesó mucho la formación de nuevos alumnos en performance. Varios de los artistas que suenan en el medio local, han pasado por talleres que nosotros hemos dado y eso es central dentro de la misión de la organización. Siento que la enseñanza de las artes visuales contemporáneas está teniendo una falencia en términos del modelo de pensamiento. Es como si les dijeran, les vamos a enseñar todas las disciplinas de arte contemporáneo menos la pintura. ¿Qué dirían si fueran alumnos? Todos rechazarían eso y lo mismo pasa con la performance. Es una disciplina que existe hace 50 años, que tiene relevancia en muchos lugares y que se enseña mediante cátedras de performance en universidades de todo el mundo, en particular en el mundo desarrollado.

¿Qué proyectos tienen para este año?

Este año fui elegido como curador invitado para un festival que se hace en Polonia, uno de los que tiene más tradición y duración en Europa. Como propuesta curatorial, les propuse llevar a la nueva generación de artistas en performance de Latinoamérica, investigando desde Canadá hasta la Patagonia para encontrar a jóvenes, de 21 a 31 años, que tuvieran una visión particular de la performance. Me interesaba una propuesta que fuera un poco más desafiante, que tuviera una reflexión mayor. La generación que estamos llevando es bastante particular, son artistas que tienen una mirada no obvia sobre la performance porque han pensando un poco más en lo que están haciendo. Con motivo de eso, vinculamos ese festival con uno que hay en Alemania, y este proyecto significa llevar a la misma generación de Latinoamérica a ambos países.

¿Y en Latinoamérica?

Como segunda parte de ese proyecto, establecimos una asociación entre los integrantes de PerfoPuerto y los de una organización venezolana que se llama Performancelogía, para crear una organización intermedia que se llama PerfoLink. En esta organización vamos a generar nuevas propuestas que ayuden al intercambio de artistas jóvenes en Latinoamérica, desarrollando una segunda parte de este intercambio con Europa, con la realización de dos festivales, uno en Caracas y otro en Santiago. Ese grupo de artistas que nos visitará -latinoamericanos y europeros-, además se va a mezclar con artistas locales. Como parte del festival que vamos a hacer en Santiago, se va a abrir una convocatoria de presentación de proyectos para artistas jóvenes y estudiantes, de entre 21 y 31 años. Vamos a seleccionar tres proyectos de artistas nuevos para darles una puerta de entrada y permitir el intercambio entre estos artistas con esta generación que ya está circulando en el mundo. Queremos profundizar la interrelación en Latinoamérica porque creo que es un gran vacío que tenemos como región. La idea de PerfoLink es producir ese tipo de proyectos de intercambio primero en Latinoamérica, pero siempre mirando al resto del mundo.

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