Entre el 5 y el 8 de octubre, con entrada liberada:

Aby Warburg y el devenir del método iconológico

Aby Warburg y el devenir del método iconológico

Aby Warburg nació en Hamburgo al interior de una importante familia de banqueros judíos. Sus biógrafos cuentan que a los trece años cedió su derecho de primogenitura a su hermano Max a cambio de que éste le comprara durante toda su vida todos los libros que necesitara. Este hecho marcó el inicio de su famosa biblioteca, que tras las persecuciones raciales en Alemania debió trasladarse a Inglaterra, convirtiéndose luego en el Warburg Institut que hoy es parte de la Universidad de Londres y uno de los centros de estudios humanísticos e interdisciplinarios más importantes del mundo. Esa temprana elección también señaló su destino de investigador independiente y al margen de la academia, cuestión decisiva para comprender el devenir y la originalidad de su obra.

Serán justamente los principales tópicos de su obra y pensamiento, su trascendencia e influencia en los estudios contemporáneos de historia del arte en Europa, Estados Unidos y Latinoamérica, lo que se abordará en el Seminario "Aby Warburg: origen y devenir del método iconológico", actividad organizada por el Centro de Investigación y Documentación del Departamento de Teoría de las Artes y la Escuela de Postgrado de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. Así, a partir del próximo 5 de octubre, la sede Las Encinas de la Facultad de Artes se transformará en el escenario en el que, por primera vez en Chile, se realizará una actividad centrada en la figura de este destacado historiador del arte.

En este Seminario, que será dictado por Claudia Cieri Via, profesora de Universidad La Sapienza, Roma, y Laura Malosetti, profesora de la Universidad de Buenos Aires y la Universidad General San Martín, también se profundizarán las diferencias y continuidades con los interlocutores que formaron parte de su círculo más estrecho, como Fritz Saxl, Edgar Wind, Edwin Panofsky, Ernst Cassirer, y aquellos más contemporáneos, como José Emilio Burucúa. Y es que esta iniciativa busca la instalación y apertura de la discusión sobre las ideas de Warburg en nuestro medio, a la vez que produce lazos y relaciones con el medio internacional, incidiendo así en la discusión respecto de la formación y el desarrollo de la misma historiografía del arte en Latinoamérica.

Aby Warburg

Aby Warburg (1866-1929) cursó sus primeros estudios en historia del arte en la Universidad de Bonn, donde siguió las lecciones del filólogo e historiador de las religiones Hermann Usener, avocado a establecer relaciones entre las prácticas de la religiosidad primitiva y las nuevas disciplinas humanistas como la antropología y la psicología. Junto con Usener, otro maestro de ese período que también influyó en la dirección que tomaron sus futuras investigaciones fue el historiador Karl Lamprecht. De él Warburg recogió su psicología de los fenómenos históricos basada en la teoría de la evolución y que lo llevaron a reparar en elementos como el movimiento y la gestualidad de las esculturas clásicas, aspectos generalmente descartados por la historiografía del arte de la antigüedad.

La inquietud por estudiar la continuidad de ciertos elementos accesorios de una imagen junto a los gestos que expresan "emociones intensificadas", se traducirá en uno de los conceptos fundamentales de Warburg para estudiar la vida de las imágenes: pathosformeln o fórmulas de lo patético, "mecanismos sensibles aptos para evocar, en un discurrir opuesto al del procedimiento habitual de la memoria[...] el recuerdo de experiencias primarias de la humanidad", como lo ha definido el historiador del arte argentino José Emilio Burucúa.

En 1889 Aby Warburg se trasladó a Florencia, ahí comenzó una investigación en torno a la sobrevivencia de algunos motivos de la antigüedad clásica en el arte del Renacimiento. A partir de la observación directa de las obras y de un trabajo metódico en los archivos de la ciudad italiana, elaboró un ensayo sobre las pinturas mitológicas de Botticelli, que luego se convertiría en su tesis de licenciatura: Investigaciones sobre las imágenes de la antigüedad en el primer Renacimiento italiano, publicada en Hamburgo en 1893. De ese primer trabajo emerge uno de los elementos característicos de su obra: la confrontación entre texto e imagen subrayando el valor expresivo de las formas y de la estructura compositiva de las obras figurativas. También la concepción de la investigación sobre imágenes como una caja de resonancias que debe poner en tensión el rendimiento de múltiples saberes.

Iconología del intervalo

En el Congreso Internacional de Historia del Arte que se realizó en Roma el año 1912, Aby Warburg presentó la conferencia titulada "Arte italiano y astrología internacional en el Palacio Schifanoia de Ferrara". Se trataba de un estudio que examinaba la reaparición de motivos clásicos en la cultura del Renacimiento y el modo en que la persistencia de elementos de la cultura medieval entraban en oposición con la renovación humanista, esto a través de la trasmigración de imágenes que provenían de fuentes textuales e iconográficas desde oriente hacia occidente y desde el mundo medieval al "renacimiento" del Quattrocento italiano. A partir de la identificación del motivo del Perseo clásico en un texto árabe del siglo IX, Warburg lograba reconstruir el desarrollo del conocimiento astrológico desde el pensamiento mítico a la racionalidad matemática.

Sin embargo, más que solucionar un enigma iconográfico específico, lo que quiso producir fue una ampliación metodológica de las fronteras de la Historia del Arte, tanto desde un punto de vista material como espacial. Al finalizar su exposición sostenía: "con el método que he utilizado en la interpretación de los frescos del Palazzo Schifanoia de Ferrara espero haber mostrado que sólo es posible iluminar los grandes procesos evolutivos esforzándonos en aclarar detalladamente un punto oscuro concreto, y esto a su vez sólo es posible con un análisis iconológico que, rompiendo el control policial que se ejerce sobre nuestras fronteras metodológicas, contemple la Antigüedad, el Medievo y la Edad Moderna como épocas interrelacionadas, e interrogue, tanto a las obras de arte autónomo como a las artes aplicadas, considerándolas como documentos expresivos de idéntica relevancia. Me preocupaba menos ofrecer una solución elegante que poner de relieve un nuevo problema que quisiéramos formular de la siguiente manera: ¿hasta qué punto la revolución estilística en la representación de la figura humana en el arte italiano no fue fruto de un proceso de confrontación de dimensiones internacionales con las representaciones supervivientes del imaginario de la cultura pagana de los pueblos del Mediterráneo oriental?"

El método

La aproximación de Aby Warburg a esta serie de frescos renacentistas, trataba de responder a una pregunta central ¿qué sentido tuvo la influencia de la Antigüedad clásica para la civilización artística del primer Renacimiento? La interpretación de los significados de las obras de arte a partir de una recomposición del contexto cultural y de la mentalidad de la época, suponía el estudio de fuentes literarias y una búsqueda de documentos heterogéneos alojados en los archivos, tratados de estilos y costumbres, en libros ilustrados. Warburg, estaba convencido que "se pueden escuchar voces articuladas incluso en documentos de escasa importancia". Ampliar las posibilidades metodológicas, significó para él tomar una distancia del concepto tradicional de "obra de arte" y del método estilístico formal dominante en la historia del arte europeo hacia fines del siglo XIX. La superación de la disociación entre forma y contenido, entre historia de los estilos e historia de la cultura, permitió desplazar la reflexión historiográfica del arte hacia la imagen y la pregunta por sus estatutos teóricos.

La imagen, o las imágenes, se presentarían entonces como una superposición simbólica de contenidos latentes y manifiestos, siempre en movimiento respecto al presente del sujeto histórico, pero también portadora de los significados que permanecen en la memoria colectiva.

La obra

Un ejemplo elocuente de este giro metodológico para estudiar la polivalencia de las imágenes, y que trataba de establecer un equilibrio entre emotividad y racionalidad, entre continuidad y evolución, religión y ciencia, se puede observar en su ensayo El ritual de la serpiente (1923), trabajo que realizó para demostrar su cura definitiva de la enfermedad que lo mantuvo interno por más de tres años en la clínica psiquiátrica del doctor Ludwig Binswanger.

Un viaje de juventud a los Estados Unidos en 1889, con el propósito de estudiar un viejo ritual de los indios Pueblo de Nuevo México, fue el tema de su disertación. Ahí ensayó la confrontación de sus propios aparatos teóricos e historiográficos con una experiencia emotiva originaria, conservada a través de la memoria colectiva. Su universo conceptual se convertía de ese modo, en una suma crítica de varias disciplinas: la frontera entre antropología, historia de las religiones, filología, y estudio comparado de las culturas, historia y teoría del arte, psicología y teorías de la evolución, confluían  hacia una nueva ciencia que el mismo denominó "iconología del intervalo" o "ciencia sin nombre". Esa disolución de fronteras disciplinares cifraba el aspecto más revelador y dialéctico de sus trabajo, transformando la historia del arte en una historia de las imágenes.

Otro concepto clave en la obra de Warburg es el Nachleben, traducido generalmente como "sobrevivencia" o renacimiento de la antigüedad, y que Giorgio Agamben ha explicado en términos de: "la "vida póstuma" de la civilización pagana que define una de las principales líneas de fuerza de la meditación de Warburg, tiene sentido sólo si se lo inscribe en ese horizonte más amplio, en el cual las soluciones estilísticas y formales adoptadas en su momento por los artistas se presentan como decisiones éticas que definen la posición de los individuos y de una época con respecto a la herencia del pasado, y en el cual la interpretación del problema histórico se convierte, al mismo tiempo, en un "diagnóstico" del hombre occidental en su lucha por sanar las propias contradicciones y encontrar, entre lo viejo y lo nuevo, la propia morada."

La Biblioteca y el Altante

Dentro de una producción, más bien fragmentaria que sistemática, destacan dos proyectos fundamentales, que expresan en modo emblemático la teoría y la práctica de su pensamiento y forman una de las partes más fundamentales de su legado, la fundación de la Biblioteca de Ciencias de la Cultura o Die Kulturwissenshaftliche Bibliothek Warburg, y el Atlas Mnemosyne o Atlante de la Memoria.

La Biblioteca se comenzó a reunir en 1886 y pretendía ser "una colección de documentos que se refieren a la psicología de la expresión humana". Pronto se transformó en un centro de investigación para estudiosos de distintas disciplinas, que encontraban entre los libros, una concepción unitaria de la cultura gracias a la cual  eran derribadas las fronteras entre los campos específicos de investigación. Sin embargo, debido al ascenso del nacionalsocialismo su fundación Die Kulturwissenshaftliche Bibliothek Warburg debió trasladarse desde Hamburgo a Inglaterra en 1933 y posteriormente, en 1944, se incorporó a la Universidad de Londres como Warburg Institute.

También Warburg elaboró una serie de paneles a los que llamó Mnemosyne o Atlante de la Memoria. Estos paneles eran montajes de fotografías desplegadas que forman mosaicos o secuencias de imágenes no fijas, móviles e intercambiables según el estado de la investigación, y relacionadas según el principio "de buena vecindad". Este sistema, que tiene una notable semejanza con La Obra de los Pasajes de Walter Benjamin, productiviza el sentido ligado al encuentro casual entre "pequeños particulares momentos" o entradas en los que el acontecimiento histórico puede ser descubierto y las secuencias que lo ligan con el presente ser comprendidas.

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