Arte y tecnología: infinitas posibilidades creativas

En un par de años Chile se ha transformado en uno de los países de América Latina con mayor consumo y utilización de equipos tecnológicos. La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) entregó a comienzos de año cifras que hablan de un crecimiento cercano al 30 por ciento de la conexión de tipo banda ancha, situándonos en el quinto lugar al interior de dicha organización. A lo anterior se suma en hecho de que en Chile hay más celulares que habitantes y que las redes sociales y la conexión a través de dispositivos móviles crece exponencialmente.

¿Cómo se relaciona el arte con esta realidad? A primera vista pareciera ser que los creadores se han volcado a usar las herramientas y posibilidades tecnológicas en su trabajo, pues cada vez es más recurrente ver propuestas que se apoyan en dichas plataformas.  Sin embargo, ¿es realmente una tendencia nueva? Consultamos a un grupo de académicos de la Facultad de Artes respecto a la relación de sus obras con la tecnología, quienes compartieron sus experiencias y reflexiones.

Búsquedas artísticas, no tecnológicas

Desde la fotografía, el artista y académico del Departamento de Artes Visuales (DAV), prof. Daniel Cruz, cuenta que su primer acercamiento con herramientas tecnológicas surgió debido a la necesidad "de resolver una instalación que tenía cierta complejidad de calces temporales y en la que también se trabajaba con elementos tecnológicos en escena, por lo que requería una respuesta en esa línea, es decir tecnológica". Debió investigar sobre diversas vías que le permitieran desarrollar su proyecto de la manera óptima, encontrándose con un amplio espectro de posibilidades que se acomodaban a sus búsquedas artísticas.

En su trabajo creativo con el ensamble Tierra de Larry, el académico del Departamento de Música y Sonología, prof. Leonardo Cendoyya, también se apoya en distintas plataformas y softwares para la creación musical, en este caso, desde la improvisación. "Por lo general, busco nuevos timbres a través de softwares o hardwares que permiten combinar distintos elementos o realizar modificaciones a los parámetros del sonido".

Para él, "la vivencia de los elementos tecnológicos modifica las posibilidades creativas generando una experiencia única, como inclusión a nuevos mundos. Planteo esta analogía a mis estudiantes en relación a una persona que vivencia constantemente entornos inmersivos de videojuegos comparado con alguien que no tiene esa experiencia"

Posibilidades y desventajas

Para el profesor Cendoyya el contexto en que nos encontramos es "un momento de grandes posibilidades reflexivas, múltiples accesos instantáneos y modificaciones perceptivas asociadas a la compleja situación temporal que produce la información fuera de un contexto. Vivimos en una realidad que está pasando por grandes cambios y aparecen nuevas temáticas asociadas al uso, incorporación y control tecnológico nunca antes visto".

Por su parte, el profesor Cruz añade que "de alguna manera, el arte tensiona la tecnología hacia bordes que no están claros, y del mismo modo, la tecnología permite al arte ingresar a campos de desarrollo proyectual, de posibilidades, como por ejemplo, a ejercicios colaborativos en artes visuales".

A juicio de ambos docentes, la existencia de un contexto o una propuesta teórica que enmarque la obra permite que el uso de tecnología no se transforme en una decisión antojadiza o espectacular. "Creo que estamos en una etapa de discusión crítica sobre el medio tecnológico, es decir, no cualquier desarrollo o cualquier propuesta que ocupa tecnología es significativa por eso, sino que más bien el énfasis es qué se está proponiendo para el medio. Me interesa que entremos rápidamente a esas discusiones para que la creación no sea pura pirotecnia", explicó el profesor Cruz.

Es en esta discusión donde se evidencia la necesidad de un proceso crítico y reflexivo que se desarrolle a la par del creativo, en el que la Facultad tiene mucho que aportar, sobre todo desde programas como el Magíster de Artes Mediales, que "contribuye a la reflexión sobre el sentido de la tecnología en el arte, así como también para preguntarse y analizar las distintas operaciones que se despliegan en ese trabajo", dice el prof. Rainer Krause, artista, académico del DAV y coordinador de este Magíster.

Y añade, además, que instancias como ésta permiten el encuentro con "artistas que tienen una experiencia en la producción de obras y la circulación de las mismas, cruce del cual surge la reflexión que se propicia en un espacio como la universidad".

Leonardo Cendoyya, miembro del comité académico del magíster, explica que "el programa cuestiona y pone en tensión el uso irreflexivo de la tecnología en el arte, en una primera instancia y luego desde una posición libre de prejuicio se instala al interior de la maquina a través de una formación transversal, donde se eliminan las fronteras disciplinares".

"El artista es, en esencia, un agente crítico que se pregunta sobre los elementos contemporáneos. Por ende, la Universidad de Chile y la Facultad de Artes deben dar sentido a las preguntas que surgen teniendo en consideración que estamos inscritos en una tradición artística que tiene una historia", concluye el prof. Daniel Cruz.

Anilla Cultural

En el año 2010 se crea el proyecto Anilla Cultural, iniciativa de innovación cultural en red del Museo de Arte Contemporáneo (MAC). El trabajo se sustenta en la importancia de los contextos productivos,  los que "podían volverse claves a la hora de generar estrategias de intercambio colaborativo y cocreativo entre artistas de distinto cuyo y latitud", sentencia Alessandra Burotto, encargada de la unidad.

El objetivo inicial consistía en "generar intercambios reflexivos y de producción de obras, levantar nuevas formas de trabajo, experimentar en nuevos formatos que partieran de la descentralización como principio rector, generar inteligencia colectiva y acceso. Se han realizado más de 40 actividades conjuntas, ese es el trabajo en red que nos interesa".

En sus tres años de existencia Anilla Cultural ha evidenciado la necesidad de que "los artistas nacionales se vinculen con sus pares en otras latitudes y hay que buscar mil formas para que lo hagan. Las nuevas tecnologías tienen un rol clave en ello, pero no bastan ni tienen valos por si solas. Lo que importa es que se pongan al servicio pero con un enfoque translocal, allí pueden radicar unas estrategias de mayor y mejor rendimiento", acotó Alessandra Burotto.