Nuevamente el artista chileno, Arturo Cariceo irrumpe con su Obra Invisible, que luego de haber pasado por Madrid y Salamanca, España, se presenta desde agosto y hasta septiembre en el Museo de Arte Contemporáneo de Santa Cruz y en el espacio Materia Gris/Casa Matony ubicada en la ciudad de La Paz, ambas en Bolivia.
Según lo explicado por el artista, la exhibición de Obra Invisible en el MAC de Santa Cruz, consistió en una obra inmaterial de carácter clásica, en la que hace uso del espacio vacío a la manera de Yves Klein, pero “despojada de toda la intención espectacular que aplicaba el artista francés a sus vacíos, entablando así un dialogo crítico con un referente obligatorio de la vanguardia del siglo pasado”, adujo Cariceo.
Por su parte, la otra Obra Invisible realizada en Materia Gris/Casa Matony, no consistió en la exhibición de “vacíos museales” como en Santa Cruz, sino que realizó intervenciones efímeras a partir de la obra del artista ecuatoriano Olmedo Alvarado: El Otro por Sí mismo, exhibida en Chile el 2012. “Estas intervenciones las realicé junto al mismo artista, a diferencia de otro acercamiento que hice a su obra hace años en la ciudad de Chillán. Olmedo Alvarado no es sólo uno de los artistas experimentales más interesantes del Ecuador, también es un destacado y polémico académico de larga trayectoria que ha formado a varias generaciones de artistas en su país. Compartir con él siempre es disfrutar el privilegio de crear, aprender y reflexionar sobre el sentido del hacer artístico”, reconoció el artista.
Así mismo, Arturo Cariceo se refiere a lo original que resulta su Obra Invisible, aseverando que, “es paradójico ir a una galería o museo donde no se van a mirar paredes blancas o caminar por salas vacías. Pero no es fácil, aunque se deduzca que mostrar algo que no se ve en una sala completamente vacía o un museo cerrado resulte predecible y simple. Por lo mismo, la principal incomodidad de mis Obras Invisibles es para los patrocinantes, porque una sala vacía es un bajonazo en toda regla, ya que supone la defunción de cualquier posibilidad de éxito masivo, a pesar de ser una expresión vanguardista ya algo pasado de moda tras la academización de los mismos en los años ochenta”.
En base a esas dificultades, el artista se mostró muy contento de contar el apoyo del curador, artista y crítico de arte ecuatoriano Hernán Pacurucu, “él me ha brindado la oportunidad de exponer el “vacío museal” -como definió mis intervenciones inmateriales el artista y museógrafo paraguayo Osvaldo Salerno- en Bolivia. Tengo claro que si el espectador acepta los planteamientos de los cuadros sin pintura o las exposiciones sin objetos, podrá disfrutar de mis espacios vacíos. Si, por el contrario, semejante pretensión le provoca indiferencia, entonces estará expuesto a un molesto tedio”, dijo Cariceo.
En su paso por Casa Matony, Arturo Cariceo hizo el lanzamiento en línea de sus obras sonoras, Cosas Tremendas y Sisters del Paraná. La primera de ellas consiste en un ready made a secas, un disco en línea muy parecido al centenario Portabotellas de Duchamp y, el segundo, “un paquete de pistas baudrillarianas de tercer orden”, como el mismo señaló
Un conversatorio, que realizó en pijamas, también fue parte de las actividades que el artista chileno desarrolló en Casa Matony, en donde además de referirse a sus obras, tuvo la oportunidad de compartir puntos de vista con artistas bolivianos convocados por María Teresa Rojas, Directora de Materia Gris / Casa Matony, además de los artistas ecuatorianos: Hernán Pacurucu y Olmedo Alvarado. En la actividad titulada Otros modos de desarrollo artístico, Cariceo contextualizó la oportunidad de hablar de arte desde la Bolivia de Evo Morales y el Ecuador de Rafael Correa, basándose en su Obra Invisible, que tal como él lo explica, “es deudora del arte político chileno promovido por quienes han sido mis mentores”.
De las curatorías en el extranjero
Como parte de sus actividades en Bolivia, el académico del DAV participó de la curatoría realizada para la exposición Tiempo de Fiesta en el Museo de Arte Contemporáneo de Santa Cruz, también en Bolivia, en la que además trabajaron María Fernanda López (Colombia), Hernán Pacurucu (Chile) y José Luis Corazón (España) quienes tuvieron la labor de escoger los videos para la muestra de videoarte, en los que la temática fue la representación de la fiesta como uno de los procesos comunitarios más completos que existe.
Una muestra itinerante cuya reciente puesta en escena en el MAC de Santa Cruz es la sexta oportunidad de mostrar la obra de artistas de ambos lados del Atlántico, que se han ido sumando en cada muestra del mismo modo que los co-curadores. “Esta condición itinerante también es el valor agregado de mis curatorías como ha ocurrido con la muestra La copia de la copia de la copia y también la pronta itinerancia de Aquella divina locura llamada ironía”, dijo el artista.
Precisamente la exhibición Aquella divina locura llamada ironía forma parte de las actividades en las que Cariceo trabajó. Para Dicha exposición, llevada a cabo en el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo MAAC de Guayaquil, Ecuador, el profesor del DAV participó en calidad de curador invitado y tuvo que realizar una selección de obras de artistas ecuatorianos, en conjunto con Hernán Pacurucu, que reflejara la condición histórica y contemporánea de dicha escena, asumiendo en la curatoría los sesgos y aciertos de su condición de veedor artístico extranjero.
“Es entre halagador y paradójico que mis curatorías sean sólo internacionales. También, que las he realizado todas en condiciones de curador invitado, lo que significa que no he estado expuesto a las agotadoras complicaciones de organización e implementación. Algo que agradezco tanto como el tener la libertad, en cada invitación, para problematizar el concepto de curatoría desde mi celo de artista. Esto explica, por ejemplo, por qué pude exhibir las obras del cineasta y productor Carlos Flores del Pino y el documentalista Ignacio Agüero en una galería de arte y no en una cineteca, bajo un carácter retrospectivo y presentándolos en calidad de artistas. O, también, cuando decidí comisariar una selección de obras de artistas consagrados históricamente en el arte chileno y la de destacados emergentes, junto a la de aficionados, sea por razones profesionales o etarias”, concluyó Arturo Cariceo.
